La cantante Conxa Buika, en un momento de su actuación en el Festival Grec de Barcelona. | Carles Domènec

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Felina y descalza, Concha Buika regresó esta semana al Festival Grec de Barcelona, en una noche en la que compartió escena con el sexteto argentino de jazz Escalandrum, que capitanea el nieto de Astor Piazzola, mito del tango. La mallorquina, como artista invitada, apareció en el sexto tema del concierto y aportó su voz aflamencada, profunda y telúrica. El público ansiaba su retorno y se lo hizo saber. Tras poco más de una hora de recital, la banda empezó a despedirse y con los bises llegaron los temas más reconocibles, clásicos de tango con reglas de jazz y un solo de Buika acompañada por el pianista Nicolás Guerschberg.

—¿Cómo llegó a colaborar con la banda argentina de jazz Escalandrum?
—Un día estaba en mi casa tan tranquila, me llamaron y me contaron el proyecto. No sabía nada de ellos. Me gustaron muchísimo.

—¿Cuál cree que es la conexión entre su voz y el jazz o el tango?
—Parto de un principio básico. Toda buena música va en la dirección correcta. Soy muy intuitiva.

—En octubre sacará un nuevo disco, Vivir sin miedo.
—Es un trabajo ecléctico, con sonidos diferentes, extraño y diferente a lo anterior. No es un cambio, es una evolución. Estamos condenados a evolucionar. La radicalidad forma parte de nuestra vida. Me gusta pensar en nuevos estilos. Estamos interconectados.

—¿Hacia dónde cree que va su voz?
—No tengo ni idea. Lo que me preocupa es sentir.

—No para de viajar. ¿Dónde la podemos situar?
—Con mi representante celebramos que hemos dado la vuelta al mundo y hemos actuado en los cinco continentes. Esa ya es una dirección. Ahora voy a Miami y desde ahí iré a Turquía. Siempre doy vueltas, pero no puedo estar más de dos meses sin regresar a Mallorca o Madrid.

—¿Cuáles son sus próximos proyectos?
—Ahora estoy de gira con el último trabajo que publiqué, A los que amaron a mujeres difíciles, y terminando una película con mi hermano. Parte de uno de mis poemas. Mi hermano pensó que podía ser una película y escribió un guión maravilloso. Están pendientes de mi banda sonora. También estoy metida en una ópera de Julia Pastrana, con suecos y noruegos. Y cuando no puedo dormir, escribo una novela, la historia de una niña, algo muy sutil.