Ciutadella ya es una fiesta. El 'primer toc de fabiol', que ha tenido lugar este jueves a las dos de la tarde en casa del Caixer Senyor, Lorenzo de Salort y de Salort, simboliza el permiso concedido por la nobleza para iniciar los actos festivos en la víspera de Sant Joan. Al sonar las primeras notas, ciutadellencs, menorquines de otros pueblos y visitantes desplazados mayoritariamente desde Mallorca, pero también ingleses, alemanes e italianos, estallan a una en un júbilo y una emoción altamente contagiosos. Tal es la atracción que generan las fiestas de Sant Joan, que Menorca roza el 100% de ocupación estos días, según un informe recogido por el diario Menorca.info.
Por delante quedan dos días de jaleos, de paseos entre los distintos escenarios en los que se representan los desfiles de caballos y los principales actos protocolarios, desde Es Born, Ses Voltes, Santa Clara, Es Pla hasta la ermita de Sant Joan de Missa, para los menos perezosos. Algunos visitantes son unos enamorados de las fiestas de Sant Joan y acuden prácticamente todos los años desde hace décadas al timón de sus propios barcos o con los ferries que unen Mallorca y Menorca, los cuales a menudo tienen todos sus pasajes vendidos meses antes del 24 de junio. También hay una gran parte de asistentes que no conocerán la realidad de estas fiestas tradicionales más allá de la juerga y el ginet – gin con limonada-, pero la realidad es que las fiestas de Ciutadella siguen a rajatabla unos protocolos que se repiten año tras año desde la época medieval con mínimas alteraciones, salvo las nuevas medidas de seguridad que se estrenaron el año pasado para evitar que se produzcan accidentes como el ocurrido en 2014 en el que fueron arrolladas dos personas, una de las cuales finalmente falleció, obligando a suspender los Jocs des Pla y provocando la dimisión de José María de Sintas, por entonces alcalde de Ciutadella.
Sant Joan es una fiesta con unas profundas raíces culturales. Tras el citado 'primer toc de fabiol' comienza el repliego de todos los caixers y cavallers que participarán en el recorrido. Un honor que algunos caballeros continúan representando hasta avanzada edad. Este año, se han inscrito un total de 179 caballeros, que sumados a los 6 representantes de los distintos estamentos (Iglesia, nobleza, artesanos y agricultores), suman 185 jinetes, con edades entre 8 y 80 años. Además, han sido inscritos 253 caballos, muchos de ellos de pura raza menorquina.
En la tarde del jueves, la multitud se concentra en la Plaça des Born, quizás la postal más representativa de Ciutadella, con sus palacios señoriales, el Ayuntamiento y el obelisco que la preside. Allí tiene lugar el 'caragol des Born', donde se puede ver por primera vez a todos los jinetes juntos, con el Caixer Senyor entrando al galope hacia las seis de la tarde, ante el estallido de alegría de los presentes.
A pesar de la multitud que se concentra estos días en Ciutadella, una vez terminados los distintos 'caragols' (vueltas a caballo) hay momentos idóneos para acercarse a los protagonistas, acariciar a los hermosos caballos que se eligen para estos días y empaparse del espíritu santjoaner, admirar cómo la gente abre sus puertas para que los equinos puedan entrar en sus casas, una visita muy festejada.
El 'caragol de Santa Clara' y la guerra de avellanas en la Contramurada, este jueves, son el preludio de una larga noche – la más larga del año – que en Ciutadella siempre es especial. El día de Sant Joan amanece temprano también para los que quieran presenciar la fiesta en su sentido más tradicional. A las 8 de la mañana el Fabioler volverá a pedir permiso al Caixer Senyor para iniciar un nuevo repliego de la 'colcada' (los jinetes y sus caballos), y después se sucederán las 'Corregudes a sa Plaça' y un nuevo 'caragol de Santa Clara', la misa de Caixers en la Catedral y por la tarde, los Jocs des Pla, uno de los momentos culminantes de las fiestas y también uno de los más peligrosos. En la esplanada contigua al puerto los jinetes participan en distintos juegos medievales, al galope y lanza en mano, sorteando a la multitud que a menudo no abre el paso suficiente para la carrera. Una forma segura de presenciar estas increíbles hazañas es la pantalla gigante que se instala en la Plaça des Born, a poca distancia de la aglomeración.
La fiesta continúa hasta la madrugada, cuando finaliza con la Beguda en casa del Caixer Senyor. Los que aguantan hasta el final, podrán escuchar el 'darrer toc de tambor i fabiol' en casa del Caixer Capellà, el sacerdote, en la parroquia de Sant Francesc, que pondrá punto y final a unas fiestas admiradas en todo el mundo.
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5 comentarios
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Bonita fiesta la de San Juan en Menorca,los caballos fabulosos,ahora hay una gran diferencia con los burros importados.
Es guiri estentis ja diu dois.
Qué bonita es Menorca, sólo sobran los memorquines.
Otra fiesta catalufa para prohibir.
Han dejado de ser fiestas agradables, se ha vuelto un San Fermin botellon. Una lastima, todavia es unica y con señorio!!! La masificacion no ayuda.