El convento de las jerónimas de Palma, situado en el casco antiguo, limita con cuatro calles. | M. À. Cañellas

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El obispo Javier Salinas tendrá que declarar como testigo el próximo día 21 en el juicio por la inmatriculación del convento de Santa Elisabet de la orden jerónima de Palma, conocido popularmente como Sant Jeroni. Salinas tendrá que subir al estrado porque fue quien firmó la citada inmatriculación ante el Registro de la Propiedad.

Este jueves se celebró la vista previa en la que los abogados de las partes presentaron las pruebas ante el juez, se dirimieron las cuestiones procesales y se fijó el hecho de la controversia, que es la citada inmatriculación del convento por parte del Obispado, que lo puso a su nombre en 2014. En realidad, son tres fincas urbanas cuya titularidad catastral correspondía a la orden jerónima.

Junto a Salinas tendrán que declarar también el actual vicecanciller de la Diócesis, Josep Adrover, por su condición de secretario canciller cuando tuvo lugar la inmatriculación. En razón de su cargo, era el responsable de custodiar los libros y las actas de la Dócesis, por lo que debía conocer el hecho en litigio; también lo hará Josep Augusto Estela, actual canciller secretario, y el abogado Víctor Gómez Cons.

En el juicio, Salinas deberá explicar por qué asegura que el convento es suyo desde 2014.