Imagen de la actriz Claudia Cardinale | M. À. Cañellas

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Parece increíble que la gran Claudia Cardinale haya viajado a Mallorca en el enero más frío de los últimos años para apoyar a un pequeño festival en su primera edición. Pero los entusiastas organizadores del Films Infest lo consiguieron.

A la actriz, nacida en Túnez de familia italiana, no le gusta hablar de sus grandes éxitos del pasado, cuando rodó a las órdenes de Fellini, Visconti, Sergio Leone, Werner Herzog, Liliana Cavani, y una larga lista de directores que también incluye algunos de Hollywood. Como disponemos de pocos minutos para la entrevista nos centramos en su presente, que es muy «muy feliz», confiesa

—¿Qué tipo de mujer interpreta en Signora Enrica?
-Ella va a recibir a un estudiante extranjero en su casa y quiere que sea una chica, pero se presenta un chico turco, al que rechaza; al final, como él está todo mojado en la calle, porque llueve, le acaba aceptando y así comienza la convivencia entre ambos, que al principio resulta difícil.

—De las grandes actrices italianas de su generación, usted es la que ha hecho más cine europeo. ¿Lo prefiere al de Hollywood, más comercial?
—De joven no quería hacer cine, pero insistieron e insistieron y me convertí en actriz. De pequeña quería ser exploradora, por eso me gusta rodar por todo el mundo, desde Hollywood a la Amazonia; también soy embajadora de la Unesco.

—Llegó al cine por su belleza, pero pronto se reconoció su talento. ¿De dónde surgió esa fuerza si no quería ser actriz?
—Lo mejor de este trabajo es que puedes vivir muchas vidas, no solo una; para una actriz lo más importante es tener mucha fuerza interior porque delante de la cámara te enfrentas a un personaje que no eres tú y cuando terminas debes volver a tu vida.

—No para de rodar películas, ¿qué le atrae de los proyectos que le ofrecen para aceptarlos?
—Lo primero es la escritura, el guión, si me gusta mucho enseguida digo que sí, es lo que más me importa.

—Cuando la conocí el sábado por la noche temía encontrarme con una diva, y resultó todo lo contrario.
—No soy una diva, quiero una vida normal, no tengo guardaespaldas.

—Sus compañeras de Estados Unidos son muy críticas con la industria del cine por sexista.
—Yo tengo 78 años y puedo seguir rodando, pero antes, con sesenta, las actrices eran arrinconadas, así que en ese sentido algo ha cambiado. Por otro lado, yo siempre he apoyado la causa de la mujer.