Los bailarines durante el ensayo | M. À. Cañellas

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«Érase una vez un principito que vivía en un planeta que era apenas más grande que él, y que tenía necesidad de una oveja...». Así empieza la historia de El Principito, de Antoine de Saint-Exupery. Y de este clásico parte la pieza que la compañía de danza Paso dos ha construido y que cierra hoy la XXVI Mostra de Teatre d’Andratx. La obra también podrá verse el 14 de abril, Viernes Santo, en el Auditòrium de Palma, y el 22, en el Auditori Sa Màniga de Cala Millor.

Sin embargo, la compañía ha introducido algún que otro cambio en el argumento. «No queríamos que nuestro aviador muriera. De esta manera, éste sobrevivió al accidente y fue a parar al Mediterráneo », cuenta Laura Macías, coreógrafa y directora de Pasodos, junto con Gavin De Paor.

«Es una función para toda la familia. Queremos transmitir el mensaje de despierta tu niño interior’ », insiste. «Es filosofía pura y la pieza es bastante fiel a la narrativa del libro y, a través del juego y de la danza, lo llevamos más allá», añade Macías.