Imagen de la presentación de la temporada en el Teatro de la Zarzuela.

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Rossy de Palma inaugura la temporada del Teatro de la Zarzuela haciendo de «diva insoportable» en El cantor de México, una opereta de Francis Lopez que Emilio Sagi y Daniel Bianco, director del coliseo madrileño, ya montaron junto a la actriz en Francia, y que ahora llega por primera vez en castellano.

«Estoy felicísima de estar aquí en el Teatro de la Zarzuela», ha asegurado De Palma en la presentación de El cantor de México, que se estrenará el 6 de octubre; una pieza en la que ya trabajó en 2006 cuando Sagi y Bianco la llevaron al Teatro Châtelet de París para abrir y cerrar esa temporada, y volver en la siguiente.

Fue en ese coliseo, precisamente, donde se estrenó por primera vez en 1951 la opereta de Francis Lopez con libreto de Félix Gandera y Raymond Vincy, compuesta específicamente para el artista vasco Luis Mariano (1914-1970).

Según De Palma, en aquella producción se quedaron «con las ganas de repetir», y ahora llegan a España para interpretar, por primera vez en castellano, esta pieza en la que ella da vida a una «diva insoportable» plagada de «comicidad», la vedete Eva.

«La opereta lo que nos permite a los actores que no somos líricos son estas incursiones de la comicidad, y bueno, como me dijo Plácido Domingo: 'No sabía que Rossy tenía esa liricidad', que es un piropazo», ha apuntado la actriz.

El montaje de este espectáculo, que cuenta las aventuras y desventuras de un joven ingenuo que en París descubre el amor y el éxito en tecnicolor, tendrá dos repartos que estarán acompañados de diecisiete figurantes y doce bailarines bajo la dirección musical de Óliver Díaz.

José Luis Sola y Emmanuel Faraldo, Luis Álvarez, Sonia Munck y Sylvia Parejo, Manel Esteve y Toni Marsol, son algunos de los nombres que forman el elenco de El cantor de México, que llegará al coliseo con una versión distinta a la que se montó en el año 51, pero igual a la que se llevó a cabo en Francia en 2006.

«Hay muchas obras maestras cuya música es sensacional, pero el libreto pierde la autenticidad con los años y queda aburrido», ha remarcado Sagi, director de El cantor de México.

Sobre todo, ha añadido respecto a estos cambios, se ha centrado en desarrollar más a los personajes de esta opereta «cercana en algunos momentos a la revista», y cuyas canciones han sido traducidas al castellano.

«El montaje es muy espectacular, pero es muy difícil de hacer», ha añadido sobre la puesta en escena de «El cantor de México», una obra «muy divertida» en la que ha hecho una «ficción dentro de una ficción», ya que la ha adaptado como si en el escenario se estuviese rodando una película.

«Comenzamos la temporada de una manera muy especial, con el firme compromiso de tender la mano a todos los públicos, no solo a los que son fieles al género y al Teatro de la Zarzuela», ha subrayado Bianco, quien firma también la escenografía de este montaje muy cinematográfico.

La cinta se rodó en 1956 tras el éxito de la opereta, con Luis Mariano, Manolo Morán, Bourvil, Tilda Tamar a la cabeza, y la puesta en escena del coliseo sigue ese estilo «kitsch», donde se recrea un mundo tropical en tecnicolor, como corresponde a ese tipo de cine que persigue el gran espectáculo.