El cantautor canario Pedro Guerra. | Redacción Digital

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Pedro Guerra regresa a Ciutat con dos nuevos trabajos: Arde Estocolmo, integrado por 15 cortes inéditos; y 14 de Ciento Volando de 14, un álbum donde el artista canario pone música a 14 sonetos de Joaquín Sabina. El concierto, que acogerá esta noche Trui Teatre de Palma, no escatimará su repertorio más emblemático, piezas como Contamíname, Debajo del puente, Cerca del amor, El marido de la peluquera o Daniela.

Tras un largo período sin noticias discográficas, Pedro Guerra ha dado a luz dos trabajos que hurgan en aspectos introspectivos, abandonando, al menos parcialmente, su habitual visión social. Cambia el fondo, pero no la forma, porque sus canciones siguen siendo un canto a la libertad, a no dejar que nos corten las alas. «Eso nunca cambiará, la vía para buscar un mundo mejor es del todo imposible sin la libertad», opina el tinerfeño, que ha contado con «treinta y dos artistas de géneros muy diversos» para la grabación de su álbum inspirado en Sabina, convirtiéndolo de ese modo en un «proyecto colectivo hecho desde el respeto y la admiración, no se me ocurre otra manera de abordar lo que otros ya hicieron de una manera ejemplar», sostiene.

Para mantener en forma la creatividad, Guerra asegura que no hay que perder de vista la realidad, «un ojo debe mirar al pasado y otro al futuro. Uno debe buscar la novedad sin olvidar lo que ha sido, justifica. En su caso, además, cuenta, y de qué modo, la responsabilidad social, «si eres artista debe quedar reflejada en tu obra».

Termómetro político

¿Qué opina Pedro Guerra de estos días, en los que el fantasma de la censura y la represión ha disparado el termómetro político?: «Pensar que las soluciones no pasan por el diálogo es una barbaridad. Las sorderas y la falta de escucha y reflexión no conducen a nada bueno», valora.