«No se olvide recordar el amor que siento por Mallorca, donde tengo muy buenos amigos y que comencé a cantar allí a los 17 años». La decía por teléfono desde su casa de Madrid la mezzosoprano María José Montiel, diva en el escenario, pero no en la vida real, que regresa a Mallorca para cantar el próximo mes de julio. Lo hará en dos escenarios junto a la Orquestra Simfònica y bajo la dirección de su titular, Pablo Mielgo.
Una de sus actuaciones será de carácter solidario bajo el lema Concert de la Lluna a les Vinyes. Tendrá lugar el 21 de julio en las bodegas Macià Batle de Santa María, donde también actuará el grupo Cap Pela. «Me han contado que es un lugar muy especial y con mucha magia, nunca canté en un viñedo, así que será una experiencia nueva». Cuando le explicamos que los asistentes degustan los caldos de esta pionera bodega, dice con humor. «Pues entonces, cuando termine de cantar, yo también me tomaré un vinito».
El Concert de la Lluna a les Vinyes tendrá como beneficiarios a los Hogares Aynewasi de Perú, está organizado por Amics de la Infància y se ha consolidado como una de las citas imprescindibles del verano, en la que se aúnan solidaridad, música y gastronomía. En Santa María, la mezzosoprano madrileña interpretará «arias de ópera y romanzas de zarzuela, será un programa muy popular con títulos como Carmen, Sansón y Dalila, Los claveles y La corte del faraón, que es una zarzuela muy divertida», entre otros. Montiel está «muy contenta» de poner su voz al servicio de los niños necesitados de Perú y pregunta si puede hablar de otra de sus facetas solidarias, también relacionada con la infancia, «Soy embajadora de la Fundación Columbus de Valencia que se dedica a la investigación de tratamientos para niños con cáncer y enfermedades raras mediante protones».
Finalmente, durante su estancia en Palma también actuará en el Castell de Bellver el 19 de julio.
3 comentarios
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La de coses que se poden fer a una Vinya....
Doña Marijose, déjese de zarandajas, Ud. trabaja porque se gana la vida con su arte y aptitudes, lo que no quita que eso de cantar en un viñedo se asimile a apuntarse a un bombardeo.
Ohhhhh!!!