El conjunto vocal Cap Pela, hace una semana, durante un concierto en el Passeig del Born de Palma con la Simfònica. | Teresa Ayuga

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En sus inicios, en el ecuador los 90, la técnica vocal de Cap Pela sorprendió a propios y extraños. Veinte años después ya no sorprende a nadie, pero sigue despertando admiración. La amplitud de registros de los mallorquines, auténticos gimnastas vocales, desembocará en el Concert de la Lluna a les Vinyes el 21 de julio en un entorno privilegiado: los viñedos de las Bodegas Macià Batle, en Santa Maria del Camí. Allí, un año más, música, gastronomía y solidaridad irán de la mano, en una jornada completada con la Orquestra Simfònica y la soprano María José Montiel.

Cap Pela dividirá su actuación en dos bloques, «una parte del programa a capella y otra con la Orquestra de les Illes Balears», adelanta Joaquim Domenech, miembro de este septeto de variadas influencias. Pop, rock, rhythm and blues, soul... nada escapa a la turmix de este conjunto que sube al escenario armado solo con sus cuerdas vocales.

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Para el Concert de la Lluna a les Vinyes, han seleccionado un repertorio «de temas emblemáticos, canciones con las que nos identificamos y sentimos bien, desde temas tradicionales, de soul y películas, a la Bohemian Rapsody de Queen». Todos ellos serán interpretados a pleno pulmón, jugando con los diferentes pliegues de sus versátiles voces. No cabe duda de que esa aparente ‘desnudez’ les acerca al público: «En los conciertos notamos a la gente muy cerca, sentimos las ganas que tienen de cantar con nosotros», será porque «la voz es un instrumento que todos llevamos de serie».

Para Domenech, subirse a un escenario es «la gasolina» que alimenta las inquietudes del grupo, pero cuando su presencia en un evento atiende a motivos solidarios, como los que les que impulsan en el Concert de la Lluna a les Vinyes, su participación adquiere un relieve mayor: «No puedes dar la espalda a situaciones injustas», opina.

Posiblemente sea el género más exigente, el que más rápido desnuda las carencias de quien no da la talla. Y es que desde hace siglos, la a capella ha tenido entre sus filas a las voces más privilegiadas. Cap Pela no escapa al cliché, de sus gargantas emerge el pop neblinoso de Eurythmics (Sweet Dreams), el rock barítono de Queen (Bohemian Rhapsody), el reggae meloso de Bob Marley (No woman no cry) o las formidables armonías vocales que enmarcó su séptimo trabajo discográfico, Moon River & Other Songs, un delicioso homenaje a las bandas sonoras por el que asomaba el maestro Henry Mancini.