El ingenioso, divertido y poético texto de Moyà sirve a los actores no profesionales para hacer un repaso de la actualidad del año anterior, con glosas que intercalan entre los versos del dramaturgo. En esta ocasión hubo de todo y para todos y la política volvió a ocupar buena parte de esas ‘morcillas', como se dice en el argot teatral. Sin embargo, las muertes violentas de mujeres o los abusos sexuales y violaciones sucedidas, tanto en 2018, como en lo que va de año, resonaron, como un clamor, y hasta el diseñador del vestuario, Rafel Pizarro, se hizo eco recurriendo al color morado, símbolo de la lucha feminista, en los atuendos de varios de los personajes. También hubo claras alusiones al duro viaje de los inmigrantes por el Mediterráneo con la correspondiente petición a los gobernantes para que se muestren generosos en su acogida. El rey Herodes, encarnado por el periodista Joan Carles Palos, resumió ambos asuntos con una glosa bien rimada: «I és que el món s'ha capgirat!/Mirau quanta gente perilla, amb la vida a la motxilla/cercant pau i llibertat./I què troba? Mort i mal!/Com les dones inmolades,/màrtirs de les estocades/del masclisme criminal».
También se pidió a los presentes que no viertan suciedad en los mares, especialmente en el que nos rodea. Cada año, cientos de voluntarios, a los que el pasado verano se unió la reina Sofía, extraen toneladas de basura que afecta a los animales marinos, a la posidonia y a los humanos.
Humor y reivindicación son las claves de una función para la que Pizarro despliega su agudeza sin dejar nada al azar. El vestuario está cuajado de simbología subliminal con la reivindicación como bandera. Las capas de los Magos de Oriente fueron un claro ejemplo. Confeccionadas a base de plástico, la exterior llevaba cosida toda clase de porquería como colillas, vasos, botellas, y la más elegante, un bonito bordado que imitaba las hojas de la posidonia. La irrupción de la extrema derecha en las pasadas elecciones andaluzas fue utilizada como ‘arma arrojadiza' entre los políticos de diferente ideología presentes en el elenco, y Pizarro creó para el dimoni, la cantante y speaker Vicky Pienazieck, una capa cruzada por un rayo con los colores de la enseña de dicha comunidad, verde y blanco.
La libertad de expresión y la de los presos políticos o las referencias a la república fueron muy aplaudidas por una parte de los asistentes. También se aludió al alcalde Noguera y al concejal de Cultura, Llorenç Carrio, este último presente en Ses Voltes, por el traslado de la silla de Maceo a Cuba, y al president Miquel Ensenyat, por la autopista de Campos.
Una napoleónica generala, Petra Cerdà, llegó a escena en uno de esos artilugios tipo bicicleta que, junto con los patinetes, son el terror de quienes van a pie, utilizan silla de ruedas o sufren alguna minusvalía, como recordó el delegado de la ONCE, Josep Vilaseca.
15 comentarios
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Ganas de lavar el cerebro a los niños
Quan es retramsmetrà per IB3? És ben hora!!!!
Para los que estuvieron presentes...hubo alguna "morcilla" de lo sucia que esta Palma?
Tots aquests que critiquen, supòs que preferirien veure en Julio Iglesias o en Raphael a preu de canari jove. Així les se gasta la dreta. Molt bé, l'obra, cultura viva i crítica, com ha de ser
Desearia que el General Coll eliminara este bodrio inmediatamente...
menuda basura , verguenza ajena verlos
No creo que Llorenç Moyà escribiese algo tan grotesco. Creo que estos "actores" hacen una interpretación muy personal del texto.
Quina vergonya
Acto politico de izquierdas escondido en una obra teatral...a mi no me veran
NO con mis impuestos!!!