Los coreógrafos y bailarines Eduardo Lao y Víctor Ullate, este viernes, en la azotea del hotel Valparaíso de Palma. | M. À. Cañellas

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La quinta temporada del ciclo de danza que tiene como escenario el Auditòrium de Palma se inaugura este sábado, a las 21.00 horas, con 30 años de danza, un espectáculo gestado por la compañía de ballet de Víctor Ullate, en el que repasan parte de la carrera de este «revolucionario maestro de la danza, bailarín y coreógrafo» con extractos de las coreografías más emblemáticas de su repertorio, y se rinde homenaje a su trabajo.

«Me siento muy orgulloso de todo el trabajo de estas tres décadas y puedo decir que el balance es positivo», aseguró el bailarín. «Desde que empecé, mi idea era quedarme en España donde todo estaba por empezar, aunque la unión con la profesión siempre ha sido difícil. Mi maestro, Maurice Béjart, me dijo una vez que siempre eligiese temáticas españolas, que e centrase en la cultura de mi país y así hice en obras como Arraigo, Jaleos, Arrayan D‘Araxa o Bolero», explicó el coreógrafo.

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El espectáculo incluye coreografías de obras creadas por Ullate como Seguiriya, Tras el espejo, Voilá c'est ça, Samsara, Wonderland, Sola y Carmen, y también de Eduardo Lao como Burka, Coppélia y Tres. Lao explicó que «la idea era plasmar, en su aniversario, todo lo que ha hecho la compañía. No queríamos soltar piezas sin más, por eso he creado un hilo conductor que pasa por un personaje inventado que me refleja a mí, ya que muchas de estas coreografías las interpreté en su estreno. Plasma mis sensaciones y recuerdos. He disfrutado mucho el proceso, pero alguna lágrima he soltado porque son muchos sentimientos encontrados». La obra mezcla piezas clásicas con más contemporáneas que representan etapas distintas y que el público mallorquín ya ha disfrutado.

Ullate recordó, además, que «muchas otras compañías con más ayudas que la nuestra y en países donde se aprecia más la danza, han desaparecido», a lo que añadió que «la cultura es poco apoyada en nuestro país, pero más pronto que tarde llegará el momento en el que la danza ocupe el lugar que se merece y España se convierta en cuna de la danza».

El bailarín afirmó que los niños ahora tienen «más oportunidades» que cuando él empezó: «antes, el que quería bailar se tenía que ir fuera. Sólo conocíamos de la danza lo que se veía en los musicales o en las películas. Yo tuve suerte porque mi padre tenía una gran inclinación por la danza y me llevaba a estos espectáculos. Ojalá en un futuro se respete más a quien ejerce la danza, no es gente raro sino especiales. En España estamos a años luz de otros países».