El 8 de septiembre de 1969, John Lennon, Paul McCartney y George Harrison se reunieron en la sede de Apple Corps en Londres, en la calle Savile Row. Ringo Starr estaba pasando una revisión médica en un hospital, por lo que Lennon llevó una grabadora para que el batería conociera de primera mano lo que negociaban sus compañeros.
«Ringo, no puedes estar aquí, pero esto es para que puedas saber lo que decimos», señala el músico al iniciarse la grabación, en la que pronto comienza el diálogo sobre la publicación de otro disco y un sencillo que planean para antes de las siguientes navidades.
Lennon sugiere que cada uno de los miembros del grupo debería proponer un tema para que actuara como sencillo de presentación y propone también una nueva fórmula para componer el siguiente álbum. Quiere que McCartney, Harrison y él mismo traigan cuatro temas cada uno y Starr dos -«Si quiere», puntualiza-.
Paul responde a esa propuesta con una provocación: «Hasta este álbum, pensaba que las canciones de George no eran tan buenas», sentencia.
Harrison, por su parte, parece tomarse la disputa con deportividad. «Es una cuestión de gustos. Al fin y al cabo, a la gente le ha gustado mis temas», comenta.
En un momento de la conversación, John hace referencia al «mito de Lennon y McCartney», lo que para «The Guardian» indica «claramente que la autoría de sus canciones, hasta ahora presentadas al público como parte de una asociación sacrosanta, debería acreditarse individualmente».
1 comentario
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Mal rollo y envidias entre ellos .. !!!y la envidia es el peor defecto que puede tener una persona .