El violinista mallorquín Francisco Fullana, en una imagen promocional reciente. | Felix Broede

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El violinista Francisco Fullana (Palma, 1990), ganador del prestigioso premio Avery Fisher Career Grant –se convirtió en 2018 en el primer español con esta distinción, dotada con 25.000 dólares–, ofrecerá este martes, un concierto muy especial en la Celda de Chopin de la Cartoixa Valldemossa. La cita será a las 19.30 horas, dentro del Festival Pianino y bajo el título La sombra alargada de Bach, el mismo de su próximo disco, que está grabando en Londres con el sello Orchid Classics.

«Será un recital muy especial porque, por esas casualidades y caprichos históricos, se realizará el mismo día en el que Chopin puso fin a su invierno en Mallorca en la celda que ocupó junto a su familia», apunta. Efectivamente, ese mismo día, hace 181 años, Chopin abandonaba la Cartoixa rumbo a Francia. Así, Fullana reconoce que «será mágico rememorar esa fecha y acompañar imaginariamente a Chopin». El músico avanza que «será un acompañamiento con honores» y que revivirá esa fecha con un «violín excepcional, un Guarnerius del Gesú de 1735 que perteneció al compositor y violinista Fritz Kreisler, que también inspiró sus obras en Bach», de las cuales Fullana interpretará su Recitativo y Scherzo.

Inspiración

«Podríamos decir que con este concierto Bach visitará a Chopin en la Cartoixa», afirma. Además, señala que «hemos de tener muy presente que Bach fue fuente de inspiración para Chopin. Los Preludios de Bach de alguna manera están presentes en los Estudios y Nocturnos de Chopin. Y fue en la Celda donde Chopin terminó sus Preludios, tal como él mismo escribió en una carta de su puño y letra dirigida a su editor y fechada en Valldemosa en enero de 1839».

Por otra parte, en esta actuación, Fullana presentará el CD que actualmente está grabando en Londres y cuyo lanzamiento está previsto para antes de este verano. «La sombra alargada de Bach es un viaje sonoro por los últimos tres siglos a través de la interpretación de obras de violín solo, desde Niccolo Paganini a Fritz Kreisler, sin olvidar a Eugène Ysaÿe», detalla.

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La Partita para violín solo núm. 2, BWV 1004 de Bach abrirá el concierto con su último movimiento, la famosa Chacona, «una obra de gran belleza, riqueza y complejidad técnica para la interpretación al violín», advierte, y añade que «para muchos melómanos las partitas de Bach formarían parte de las mejores obras para violín que jamás se han escrito. Son obras puras, de gran dificultad interpretativa, obras densas y profundas en las que los arpegios constantes y la tranquilidad absoluta que transmiten están al servicio de una obra con ambición polifónica».

Caprichos

Después de Bach llegan otras piezas importantes de compositores que se inspiraron en Bach. La primera será Capricho Núm. 24, de Paganini. «El autor italiano se inspiró en la música de Bach para componer sus famosos caprichos para violín solo en 1819. Éste es uno de los más famosos, complejos y agradecidos de escuchar», comenta Fullana. «Su complejidad técnica e interpretativa incluye escalas imposibles, arpegios, pizzicatos de mano izquierda, cambios de cuerda y de posición rapidísimos y todos los efectos que nos podamos imaginar».

Fullana también destaca que interpretará Recitativo & Scherzo, del austríaco Fritz Kreisler, precisamente con el Guarnerius del Gesú de 1735, que le perteneció y con el que ejecutó esta misma obra por diferentes escenarios de Europa. En este sentido, Fullana celebra la «generosidad» de Clement y Karen Arrison, que le ha cedido el instrumento en préstamo a través de la Stradivari Society de Chicago.

El programa continuará con la Sonata núm. 3 en Re menor ‘Ballade' del belga Eugène Ysaÿe. «Esta sonata tiene una clara inspiración en Bach, inspiración a la que Ysaÿe incorporó nuevas técnicas de interpretación que no eran conocidas en la época de Bach, nuevas técnicas de arco y mano izquierda, disonancias, etcétera», puntualiza.

Leyenda para violín solo de Albéniz clausurará el concierto. En este sentido, Fullana remarca que «de alguna manera el espectador encotrará también ‘la sombra alargada de Bach'», y concluye que «a Albéniz le gustaba mucho interpretar, de memoria, obras de Bach».