«Jurídicamente no existe fallo definitivo que reconozca la propiedad del Monestir de Santa Elisabet [conocido popularmente como Sant Jeroni] al Bisbat de Mallorca». Son palabras de sor Natividad Sanz, priora de dicho monasterio y presidenta de la Federación de Monjas Jerónimas Santa Paula, en referencia a las informaciones que se han publicado estos días en los medios de comunicación respecto a la situación del Convent de Sant Jeroni. Dichas informaciones afirmaban que el agua se estaba colando en el monasterio por un agujero en su tejado, una filtración que supuestamente está afectando a su órgano, del siglo XVIII, y que según las religiosas son acusaciones que «faltan a la verdad».
«Las religiosas jerónimas del Monestir de Santa Elisabet, como es público y notorio, y siempre de conformidad con las prescripciones técnicas de las instituciones competentes en materia de patrimonio histórico-artístico, dedican sus medios y esfuerzos al desarrollo de una permanente y eficaz acción de vigilancia, conservación y mantenimiento del edificio y de sus bienes muebles [de Sant Jeroni], bajo la dirección técnica del experto y reconocido conservador-restaurador Pere Terrasa Rigo». Así inicia sor Natividad Sanz un comunicado en le que dejan claros ciertos aspectos.
De esta forma, y sobre el cuidado y mantenimiento de Sant Jeroni, la religiosa aclara que «mensualmente, y desde 2016, son levantadas y firmadas por dicho perito las actas de las visitas técnicas que se realizan y que son remitidas periódica y puntualmente al Departament de Patrimoni Històric del Consell de Mallorca». En las mismas, «se registran las incidencias acaecidas en el Monestir, atinentes a su conservación y mantenimiento, entre las que los movimientos o roturas de tejas de los porches no son infrecuentes, habiéndose procedido, en cada caso, a la recolocación o a la reposición de las mismas, tal y como reflejan las mencionadas actas». Precisamente, las citadas filtraciones de agua han surgido del «desplazamiento de varias tejas del porche que cubre el terrado de la iglesia; se ordenó y se procedió a la adquisición de las tejas necesarias, el viernes, 13 de marzo, a la empresa Massanella».
Después, «la situación de excepcionalidad derivada de la declaración del estado de alarma ha condicionado el traslado del material in situ y el inicio de los trabajos que estaban previstos para el día 16 de marzo, por parte de nuestro restaurador-conservador y del personal auxiliar. Sor Natividad Sanz concluye su comunicado así: «Nos ha impresionado profundamente que, en estos momentos de dolor, sufrimiento y pérdida de vidas, haya personas que puedan atreverse a hacer una comunicación tan contraria a la verdad, sin provecho para nadie. Rezamos para que, a través de esta pandemia tan clamorosa, los hombres volvamos definitivamente los ojos a Dios».
3 comentarios
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No os dirá la llamada memoria histórica que, en Sant Jeroni, cayó la bomba de aviación que causó más muertes en Palma.
No parece que el interés del obispado sea espiritual ni mire hacia el bien de las almas. Como apunta Gori, da la sensación de que todo tiene una finalidad económica digan lo que digan desde el obispado. Fué un despropósito echar a las monjas, y admitamos, por parte de ellas, una cierta ingenuidad al obedecer la orden de desalojo del edificio. En el barrio se echa de menos su presencia callada y su oración por todos nosotros. Dios quiera que pronto quede el tema zanjado, con el obispo de vuelta a su sitio y las monjas en el convento.
Por ahora todas las resoluciones judiciales dan la razón al obispado, si bien las monjas siguen recurriendo. Que nadie dude que si al final se dan la razón a las monjas en 24 horas se vende el convento para hacer un hotel.