Javier Sierra, con un ejemplar de ‘El mensaje de Pandora’.

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Una novela de «urgencia». Así describe Javier Sierra, premio Planeta en 2015, su nuevo libro, El mensaje de Pandora, una historia sobre mirar al pasado para entender, y sobre todo arreglar, el presente. Sobre ella charlará el lunes en los Encuentros de CaixaForum. De lectura ágil y amplio alcance, la novela esconde mucho tras su aparente sencillez. Un vistazo al pasado de todos en el que se refleja nuestro ahora porque «todo vuelve una y otra vez».

El mensaje de Pandora está escrito en un estilo epistolar, ¿a qué se debe?

—A que es una novela de urgencia. Surgió en medio de la pandemia, sobre todo con la desazón colectiva. Lo que he hecho es contraponer lo que está ocurriendo frente al espejo de la historia y de la mitología.

¿Y qué resultados obtuvo?

—Darme cuenta de que llevamos 10.000 años luchando frente a pandemias y hemos vencido siempre, con más o menos cicatrices. El aprendizaje es que siempre han servido para mejorar como civilización.

¿Cómo valora nuestra reacción a esta pandemia?

—Veo con preocupación que nuestra actitud hacia la enfermedad es de soberbia desde los poderes ejecutivos, desde la política. Lo que necesitamos son diálogos, pero solo tenemos monólogos. Además, los primeros negacionistas fueron los políticos que dijeron esto era una cosa menor. Han querido manejar a velocidad de tweet algo que va a ritmo de pandemia. El peor virus es el de la ignorancia.

¿Qué vacuna hay para ese virus?

—La sabiduría. La filosofía, por ejemplo, es la herramienta para mantener el equilibrio en esta sociedad porque nos reconecta con lo que somos, nos ayuda a pensar y muestra nuestro papel en el universo. No somos los reyes de la creación, sino partes de un mecanismo enorme.

¿Y cómo inocularía esa vacuna?

—La sabiduría se transmite de mayores a jóvenes y ese pensamiento hay que recuperarlo. Arrinconar a los mayores y no hablar con ellos es un error y ahora les hemos maltratado. Las residencias no pueden ser habitaciones donde olvidas a un abuelo.

¿Cree que la cicatriz de la COVID-19 durará mucho ?

—Va a ser profunda y veremos sus efectos en cosas que ni imaginábamos, como las ideologías políticas.

¿A qué se refiere?

—A que los extremismos encuentran en la pandemia algo para posicionarse. En realidad reposicionarse porque no olvidemos que los grandes extremismos de izquierdas y derechas surgieron tras la pandemia de 1918. No da la impresión de que aprendamos.

¿A qué se debe este olvido colectivo del pasado?

—A que hemos cambiado la visión del tiempo. Antes se veían las cosas de manera circular, todo volvía una y otra vez. Nosotros hemos cambiado la flecha y ahora es una línea recta y eso nos ha vuelto soberbios.