La obra de Francesc Capdevila ‘Max’ se puede ver en las calles de la capital. | José Sevilla

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Lo mejor del dibujante Francesc Capdevila ‘Max', Premio Nacional del Cómic, se puede ver en pleno centro de Madrid. Un resumen de las historietas más representativas del ilustrador, afincado en Sineu, están a disposición del público hasta el 24 de agosto en el paseo de Recoletos.

La muestra, ¿Pintas o dibujas? Un paseo por el arte de la mano del cómic, empieza en diagonal al Palacio de Cibeles, sede del Ayuntamiento de la capital, y ocupa unos 300 metros del citado paseo, en paralelo al Palacio de Buenavista, donde se ubica el Cuartel General del Ejército.

En paneles colocados en medio del paseo de Recoletos, el público puede disfrutar este verano de cinco ejemplos diferentes del arte creativo de Max, junto a otros diez de los más destacados dibujantes de cómic españoles, en una exposición organizada por Acción Cultura Española (AC/E) y comisariada por Jorge Díez.

Tras leer el panel con la biografía de Max, en la punta expositiva más alejada de la plaza de Cibeles, aparecen las viñetas del ilustrador isleño. La primera, Sin título, exhibe los típicos personajes ‘maxianos', totalmente reconocibles por su trazo, en una historieta sobre un pintor onírico con problemas para nombrar su cuadro. En el siguiente panel dedicado a Max, se recogen sus Trampantojos, breves viñetas con profundas cargas filosóficas y humorísticas, como la dedicada a Leonardo da Vinci o la del encuentro entre Dalí y Picasso para repartirse el mundo, ante el enojo de Miró.

Personajes

Unos pasos más allá aparece uno de los personajes que más han marcado a sus lectores. Se trata de Bardín el superrealista, una tira profundamente surrealista en la que aparece el Perro Andaluz y alusiones al cineasta Luis Buñuel.

Finalmente, la aportación de Max a la exposición, que comparte con Ana Galvañ, Antonio Altarriba/Keko, Fermín Solís, Laura Pérez Vernetti, María Hesse, Mauro Entrialgo, Pablo Auladell y Santiago García/Javier Olivares, concluye con El tríptico de los encantados (Una pantomima bosquiana), una historia abstracta y satírica como homenaje al pintor El Bosco y con toques que recuerdan a Fellini.