«Durante el momento de la pandemia, la Academia hizo un esfuerzo especial para incorporar palabras que aparecían en boca de todos. Pero luego hay muchas palabras que llevamos usando hace tiempo y no hay inmediatez en su reflejo en el diccionario, porque no sabemos si se va a consolidar: tiene que pasar un tiempo y ver que sea una palabra necesaria», ha añadido la lexicóloga. Por ejemplo, la pandemia de coronavirus sigue siendo protagonista un año más de las novedades del diccionario, impulsado por la Fundación laCaixa.
La «nueva normalidad» se traduce como la «situación en que la forma de vida normal o habitual se modifica debido a una crisis o razones excepcionales». Otra novedad relativa al virus es «burbuja social», un «grupo reducido de personas que pueden mantener contacto regular entre sí con escaso riesgo o contagio». Battaner también ha llamado la atención sobre las novedades de las cuestiones de género y sexualidad, «cuestiones que están presentes casi a diario en los periódicos». Es el caso de «obispa», una decisión que se ha tomado «puesto que en algunas iglesias, como las protestantes, ya ordenan obispas desde hace tiempo». También con «cisgénero» -«persona que se siente identificada con su sexo anatómico»- o «transgénero»-«la persona que no se siente identificada con su sexo anatómico»--, o incluso con «poliamor» -«la relación erótica y estable entre varias personas con el consentimiento de todas ellas»-.
El diccionario también incluye nuevos términos como «eurofán» -«el seguidor del Festival de la canción de Eurovisión y de todo lo relacionado con él»- o el «top manta», que entra después de varios años con el significado de «venta ambulante ilegal de productos generalmente falsificados o de imitación, expuestos en el suelo sobre una manta o algo similar».
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.