Francesc Capdevila ‘Max’ y Enriqueta Llorca, el sábado pasado en Casa del Libro. | M. À. Cañellas

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Cuando uno piensa en brujas se suele imaginar unas hechiceras un tanto malvadas, con un aspecto desagradable, nariz aguileña con verruga incluida, sombrero puntiagudo y una escoba voladora. Sin embargo, Max y Enriqueta Llorca desmontan estos tópicos tan arraigados en su cuento El exquisito cocido de la Bruja Ollapodrida, que acaba de publicar DissetEdició. Max, Premio Nacional de Cómic, es el que firma el cuento, que escribió a propósito para Llorca, quien lo ha ilustrado.

Entre varios proyectos individuales y una pandemia de por medio, el desarrollo de este libro se retrasó. «Soy muy pudorosa, pero me atreví a tocar la puerta de Max para hacer algo juntos. Me dijo que tenía un cuento en mente y que si me parecía bien podría ilustrarlo yo. En la presentación que hicimos en Casa delLibro –el 2 de abril, con motivo de la conmemoración del Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil–, me dejó boquiabierta cuando me dijo que en realidad había escrito la historia para mí, porque le dije que me gustaban mucho las brujas», relata Llorca, quien se estrena con esta obra en el género del álbum infantil. «Tenía ganas de hacer un cuento divertido y el tema de las brujas siempre da mucho de sí. Empecé a inventar algunos aspectos de la historia con sus personajes y al final la cosa fue creciendo, añadiendo ingredientes al bollit», detalla el autor, que recientemente se alzó con el Premi Finestres de cómic en catalán, una distinción que valora muy positivamente, pues «en el mundo editorial en catalán hacía falta un galardón al cómic».

Cocina

Nunca mejor dicho, porque la cocina es un elemento muy importante en este cuento. Y es que Martina, su protagonista, está muy nerviosa porque es su primer día como aprendiz en la casa de la señora Ollapodrida, una bruja famosa por sus artes culinarias. Pero no es un día cualquiera, pues Ollapodrida celebrará con sus amigas la llegada del invierno con una gran comilona. En esta aventura le ayudará y protegerá Sansón, un cerdito con buenas intenciones. Con todo, no son unas brujas chapadas a la antigua, sino que son más bien modernas. «Queríamos desmontar tópicos. A mí me gustaba la idea de que, por un lado, fueran sofisticadas pero, por el otro, tuvieran la casa hecha un asco. La única pretensión era hacer algo divertido. Ahora está de moda, dentro del libro infantil, hacer cuentos didácticos que tengan mensajes. No soy partidario de eso. Cuando era niño recuerdo que lo que me gustaban eran las historias divertidas, no que me dieran lecciones. Además de divertido, buscaba que fuera sorprendente, sin caer en los tópicos», añade. Así, las brujas dibujadas por Llorca, que agradece la «total libertad que me dejó Max», lucen un «look afrancesado, chic», aunque, como dice Max, están en una casa destartalada poblada por telarañas. Esa modernidad, por tanto, como puntualiza Llorca, tiene su punto «cochambroso» y, además, también mallorquín. Un ‘reina' en una frase o un siurell son algunos elementos que delatan la posible localización mallorquina del relato.

Enriqueta Llorca explica que «me gusta que los personajes tengan un punto de ambigüedad, siempre guardan algo, no lo desvelan todo». Por ello, «tienen muchos detalles y capas; no quiero que la ilustración se agote en un simple vistazo».

Oscuro

«La verdad es que, para ser ilustración infantil, tiene un aspecto pretendidamente oscuro, estilísticamente hablando no es luminoso. En este sentido, diría que son ilustraciones para mirar casi con linterna», afirma Enriqueta Llorca. La artista confiesa que este trabajo es también un homenaje a su bruja preferida desde la infancia, la de la célebre película de El mago de Oz, de la Metro-Goldwyn-Mayer. «Max inventó el carácter de las brujas y yo la apariencia física. Es un guiño a la Bruja Mala del Oeste, que está presente en la figura de Pilipili, aunque en una versión moderna», admite. De momento, no tienen ninguna otra presentación del libro confirmada, aunque el viernes 22 de abril, a las 17.00 horas, en la biblioteca de Binissalem, Llorca hará un taller sobre el cuento. Además, en Sant Jordi, firmará ejemplares junto a Max en las paradas de varias librerías de Palma.