La humanidad podría dividirse entre quienes duermen bien y quienes duermen mal. El dormir, por tanto, sería una de las divisiones más profundas de la raza humana. Lo afirma, parafraseando a IrisMurdoch, David Jiménez Torres en su nuevo libro, El mal dormir. Un ensayo sobre el sueño, la vigilia y el cansancio, Premio deNo Ficción Libros del Asteroide. Lo presentará mañana, a las 12.00, en LaBiblioteca de Babel (Palma).
Jiménez, madrileño pero de madre mallorquina, confiesa en las primeras líneas que siempre ha dormido mal, que ese es «uno de los hechos fundamentales de mi vida, uno de los elementos que le otorgan cohesión y continuidad». Sin embargo, reconoce que no se había planteado escribir sobre el tema hasta hace poco. Por eso, la escritura de este libro le ha supuesto también una «suerte de autodescubrimiento». «Somos muchos los que tenemos problemas de sueño, pero no suele ser un tema de conversación. Desde la noche de los tiempos, en todas las culturas, nos fascinan los sueños, lo onírico. Con todo, no solemos pensar o reflexionar sobre nuestra relación con el sueño», detalla el autor.
Integrante del colectivo de los maldurmientes, Jiménez avisa que es «una comunidad paradójica y amplísima». «Todos los estudios demuestran que el maldormir es algo que se padece en soledad. Por ello, la vigilia suele ser el momento del día en el que uno se siente más solo. Durante esas dos o tres horas no te wasapeas con nadie ni te asomas al perfil virtual de nadie. Simplemente estás tú, dando vueltas en la cama. No obstante, a la vez, estás conectado a millones de personas que sienten lo mismo que tú», matiza.
Lo vinculado a la industria del mal dormir también interesa a Jiménez. En este contexto, ¿sería el sueño el peor enemigo del capitalismo? En parte, opina el escritor. «Al sistema le importa que descansemos bien para producir más y mejor. Que multinacionales como Google o Nike empiecen a crear espacios para que sus trabajadores se echen la siesta demuestra que la necesidad del sueño está bien absorbida e integrada en el capitalismo contemporáneo», aclara.
Como todo buen libro, hallar respuestas no es el gran objetivo del libro, sino más bien generar preguntas, debate. Por ejemplo, Jiménez, que es profesor de universidad y se dedica a la investigación de la historia de la cultura, rechaza el discurso tan extendido que en la actualidad dormimos peor que nunca. «No me quedaba claro que hubiera unos argumentos y, al escribir el libro, llegué a la conclusión de que no podemos saberlo. No podemos saber cómo dormían nuestros antepasados, podemos saber sus hábitos, a qué hora se iban a dormir, por ejemplo, pero no podemos saber qué soñaba un campesino de Valladolid del siglo XI. Y los maldurmientes bien sabemos que no se trata de a qué hora te vas a la cama, sino a qué hora consigues dormirte», afirma.
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