La Film Symphony Orchestra (FSO), en acción.

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La orquesta más peliculera vuelve a Palma. La célebre Film Symphony Orchestra (FSO) regresa con todo su esplendor y grandilocuencia con Fénix, un vibrante espectáculo en torno a la mejor música de cine que, como su propio nombre indica, representa el resurgir de la vida, del arte y de la cultura. Bandas sonoras de sobras conocidas por el gran público, caso de Gladiator, El código Da Vinci, La bella y la bestia, Matrix, West Side Story, La vida es bella y El señor de los anillos, entre otras, integran su repertorio. El Auditòrium de Palma fue testigo de este Fénix el pasado fin de semana con gran éxito de asistencia.

La Film Symphony Orchestra juega con un repertorio repleto de cartas ganadoras, del que se desprenden composiciones englobadas en bandas sonoras de clásicos como El bueno, el feo y el malo; películas más recientes como Vengadores: Endgame; cintas de cine animado como Aladdín; música de series como Norte y Sur; clásicos modernos como Willow y alguna que otra sorpresa interpretada por un cuerpo musical formado por más de 70 músicos. Estos temas, y muchos otros, «forman parte de nuestra banda sonora vital, porque con ellos hemos soñado, reído y llorado», explicaba el director levantino a este diario.

Desde hace diez años, la Film Symphony Orchestra está revolucionando los auditorios de cuanta ciudad encuentra a su paso, con un espectáculo fresco y original, tanto en su puesta en escena como en su vestuario, acercando al público la mejor música de cine en formato sinfónico. Con un repertorio comandado por el hombre de la eterna levita negra, el maestro Martínez-Orts, quien, como el mítico Johnny Cash, siempre toma el escenario ataviado de ese color. «Es mi tributo a Matrix, me gusta esta prenda y también el color negro, lo encuentro muy elegante». Él es el encargado de diseñar un programa que plantea como un viaje emocional por la historia del cine