Otro motivo es que el Gremi, entidad que organiza el evento, haya decidido que este programa coincida con el de Barcelona, algo que, según señaló Volney en su discurso, contribuye a que «tenga más fuerza e ímpetu», a la vez que apuntó que «nadie cuestiona que Sant Jordi se celebre en un mismo momento en diferentes lugares».
Asimismo, Volney insistió en que el catalán es «una lengua de uso social, integradora y no excluyente» y aseguró que «el catalán hoy en día es la vigésimo séptima lengua del mundo con más peso económico», por lo que «hay que reivindicarla con todas sus virtudes y sin complejos».
Pregón
En su pregón, Climent también hizo hincapié en esta necesidad de unión, de «articulación» de territorios, algo que calificó de «utopía». El activista denunció todas las «tendencias negativas y divergentes que arrastra nuestra identidad desde hace décadas: tener dos estados que han apostado de manera radical por la uniformización, la minorización de la lengua y la naturalización de un bilingüismo social que lleva la lengua propia a la desaparición».
«No está de más recordar que los procesos autonómicos iniciados durante la Transición han contribuido a la desconexión entre los diferentes territorios y han creado dinámicas diferentes o incluso opuestas», añadió. Por ello, Climent reiteró la necesidad de «crear un mercado cultural común», sobrepasando las «fronteras autonómicas y estatales». «Tenemos que crear un dron cultural que sobrevuele todas estas barreras administrativas e imaginarias», recalcó. Finalmente, también destacó la labor que llevaron a cabo Josep MariaLlompart, Aina Moll, Manuel Sanchis Guarner o Joan Fuster, quien fuera su amigo y del que se celebra el centenario de su nacimiento.
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