La realizadora colombiana Laura Mora con la Concha de Oro | Joan Riera

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La directora y guionista colombiana Laura Mora (Medellín, 1981) se ha alzado con la Concha de Oro a la mejor película en el 70 Festival de Cine de San Sebastián con "Los reyes del mundo", una "road movie" onírica y dolorosa sobre cinco chicos de la calle de Medellín que buscan su tierra prometida. Durante la gala de clausura celebrada esta noche en el Palacio del Kursaal, Mora ha confesado que esta película ha sido "muy difícil de hacer" y ha considerado el premio "un espaldarazo" que llega después de cuatro meses especialmente complicados en los que se ha planteado la posibilidad de renunciar a hacer cine.

En un país castigado por la violencia como Colombia también ha manifestado su confianza en que "la película sirva para entablar un diálogo y tener la posibilidad de pensar en un mundo más justo", y ha reivindicado la belleza de los márgenes y la desobediencia. Mora es la tercera mujer que gana la Concha de Oro de forma consecutiva, tras la rumana Alina Grigore con "Blue moon" (2021) y la georgiana Dea Kulumbegashvili con "Beginning" (2020) y la segunda latinoamericana en la historia después de "Pelo malo" de Mariana Rondón, en 2013. La directora ya dejó muy buena impresión en este mismo certamen en 2017 con "Matar a Jesús", una película autobiográfica basada en el asesinato de su padre en Colombia que obtuvo una mención especial en la sección Nuevos Directores.

En "Los reyes del mundo" adopta un estilo narrativo mucho más libre para contar el viaje, entre Medellín y Nechí (Bajo Cauca, Antioquia), de cinco amigos adolescentes que están solos en el mundo, tras recibir uno de ellos una notificación de restitución de tierras arrebatadas a su familia por los paramilitares. La Concha de Plata a la mejor dirección ha sido para el japonés Genki Kawamura por "A hundred flowers", un filme que aborda el alzheimer de forma poética y delicada y que se inspira en la historia de su abuela, fallecida a causa de esta enfermedad y protagonizada por la carismática Mieko Harada, que trabajó en dos películas de Akira Kurosawa.

El Premio Especial del Jurado ha sido para la estadounidense "Runner", opera prima de Marian Mathias (Chicago, 1988), un filme melancólico en torno a la soledad y a la frágil esperanza en la conexión humana en medio del paisaje árido del Medio Oeste americano de la que el jurado ha destacado su "ambición en el compromiso narrativo" y su potencia. La Concha de Plata a la mejor interpretación protagonista, que por segundo año consecutivo no hace distinción de género, se ha concedido 'ex aequo' a la española Carla Quílez por "La maternal" de Pilar Palomero y al francés Paul Kircher -hijo de los actores Irene Jacob y Jeremy Kircher- por "Le lycéen" de Christophe Honoré. Quílez, una debutante de 14 años a la que Palomero descubrió por su perfil de bailarina urbana en Instagram, da vida a una adolescente rebelde y en situación precaria que se queda embarazada e ingresa en un centro de menores en situaciones similares.

La actriz ha dedicado el premio a su propia madre y a "las mujeres guerreras y luchadoras que lo dan todo", como sus compañeras de reparto. A pesar de las expectativas puestas en el cine español, que tenía cuatro cintas en competición, esa es la única presencia española de un palmarés con una fuerte huella latinoamericana. El premio a la mejor interpretación de reparto ha sido para la argentina Renata Lerman, hija del director Diego Lerman, de 12 años, por su película "El suplente", que habla de educación y marginalidad y el jurado ha distinguido también la fotografía de la chilena "Pornomelancolía", de Manuel Abramovich.

El palmarés oficial se completa con el premio al mejor guion para la china "A woman" escrita y dirigida por Wang Chao, junto a Dong Yun Zhou en el guion, una historia de superación femenina durante la Revolución Cultural basada en la novela autobiográfica "Dream", de la escritora Zhang Xiu Zhen. En la sección Horizontes Latinos, la ganadora ha sido "Tengo sueños eléctricos", de la costarricense Valentina Maurel, con un tema tan peliagudo como el amor de una adolescente por su padre violento. La película venía con el aval del Festival de Locarno donde se hizo con tres premios a mejor director, actriz y actor