Imagen frontal del Palacio Avenida en 1960. | FOTOS ANTIGUAS DE MALLORCA

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Es domingo y apetece ir a ver una película. Hoy en día, la oferta está más bien limitada. Se puede ir al Rívoli, el Augusta o el Ciutat para una experiencia más clásica. O, si se busca algo más moderno, están el Ocimax, Artesiete Fan u Ocine, en Porto Pi. Y para de contar. La cosa era muy distinta hace 50 o 60 años, cuando Palma atesoraba decenas y decenas de pequeñas salas repartidas por toda la geografía de la capital. Desde el señorial Born o el Teatro Lírico, al céntrico Palacio Avenida, o, muy cerquita, el ABC, hasta los más periféricos, pero que han marcado la infancia de tantísimos, como lo eran el Chaplin, el Metropolitan, el Hispania, el Fantasio o el Novedades. Estrenos, reposiciones, versiones originales subtituladas, dobles sesiones. Todo era posible en las más de 50 salas que ofertaban una cartelera mucho más variada y cuya triste desaparición, en muchos casos siendo las pantallas y los proyectores sustituidos por tiendas o sucursales bancarias, son el símbolo más obvio de la defunción de una época dorada, pero cuyas luces hace tiempo que se apagaron.

CINE BORN

El Born es uno de los máximos exponentes de ese pasado glorioso de las salas de cine. Ubicado en un hermoso edificio diseñado por el arquitecto palmesano GasparBennàssar, el Born se inauguró en 1931 y cerró sus puertas en 1988. Más de 50 años por los que pasaron una innumerable cantidad de estrenos que podían verse en un patio de butacas de rezumaba un esplendor perdido para siempre. Actualmente el edificio alberga una macrotienda de Zara y más allá de la fachada, nada parece indicar que en el número 25 del paseo palmesano se estrenaran películas a bombo y platillo y largas colas esperaran para ocupar sus asientos.

PALACIO AVENIDA

Del Palacio Avenida aún queda algo: los pilares de la entrada. Lo demás, también ha cambiado mucho. Las películas que se pudieron ver aquí entre 1942 y el año 2000, aguantando como un jabato durante casi 60 años, han sido sustituidas por la nueva tienda de plantas que se ha abierto en su lugar. En plena calle Alexandre Rosselló, en un edificio de Gabriel Alomar y con capacidad para 450 espectadores, el Avenida se mantuvo activo    con una cartelera de películas comerciales y de acción durante décadas hasta que la crisis que afectó a la práctica totalidad de salas pudo con él y, con el cambio de milenio, cerrará definitivamente sus puertas siguiendo a su vecino, el ABC, ubicado a escasos metros de distancia y que dejó de funcionar pocos meses antes.

EL NOVEDADES

El caso del Novedades es paradigmático de lo que era un cine de barrio real. Abrió sus puertas en 1968 y se mantuvo activo hasta 1982. Tenía una capacidad para 400 espectadores y estaba ubicado en la Calle Regalo, en la zona norte de La Soledad. Tras su cierre se abrió en su lugar una oficina de Obra Social i Cultural de Sa Nostra, pero durante los años que estuvo abierto el cine lo frecuente era, según relata una asidua, «comprar patatilla 007 de la fábrica que había al lado y entrar a pasar la tarde viendo una película». Nos ha resultado imposible hallar una imagen de este cine para este reportaje.

CINE LUMIERE

Los Lumiere son otro ejemplo de un cine abocado al cierre por los cambios en los hábitos de consumo. En 2007 cerraron sus puertas de manera definitiva y su característica fachada, en la avenida de Sant Ferran, sigue siendo la misma.

CINE ORIENTAL

La historia del Oriental es curiosa. Abrió, nada más y nada menos, que en 1925 y estaba en la Porta de Sant Antoni, entre la calle Sindicato y las avenidas. En sus primeros años, a    esta sala que daba cobijo a un total de 740 espectadores, se podía llegar en los viejos tranvías que ahora se pretenden recuperar. Años más tarde, como se pude ver en la imagen que acompaña este artículo, ya solo se podía acudir andando o en autobús. Fue también una de las primeras salas de la Isla en incorporar la capacidad sonora, por lo que las películas ya no fueron mudas en Mallorca gracias, en parte, al Oriental y al Moderno, otro clásico desaparecido. El Oriental, finalmente, bajaría el telón en el año 1968, y actualmente es difícil de imaginar que lo que ahora es un moderno edificio impersonal con varios comercios en su planta baja, antes daba a una escalera que subía a un primer piso donde aguardaban las historias fantásticas del séptimo arte.

CHAPLIN

Y llegamos al Chaplin, debilidad personal. Las primeras películas que recuerdo ver en una sala son en este lugar que abrió en 1978 y que fue el primer multisalas de Mallorca. Empezaron con tres salas y acabarían con seis tras varias remodelaciones que llegaron, en parte, gracias a que muchos de los cines del centro de Palma fueron cerrando con los años, por lo que la cartelera comercial y de autor que compaginaron atrajo a mucho público. Míticas fueron sus sesiones especiales de terror o los grandes estrenos de cintas como la trilogía de El Señor de los Anillos de Peter Jackson. Aunque cumplió sus bodas de plata llegando a los 25 años, en 2004 cerraron definitivamente y es el primer cine de esta lista al que todavía se puede acudir para ver lo que queda de él, en el número 4 de la calle Cardenal Despuig, ya que aunque parte de su interior ha sido vendida, su cartelería y fachada se mantienen iguales, aunque el paso del tiempo ya está haciendo estragos. Otros cines de barrio que pasaron a mejor vida    son el Metropolitan, Astoria, Hispania o Lumiere.

CINE DORÉ

El Doré tiene truco. En este mismo lugar se ubicaron varios cines que, de alguna manera, simbolizan el paso del tiempo. En un edificio de los años 30 ubicado en el 33 de la calle Nunó Sanç, empezó como una filmoteca y de Doré pasó a ser El Dorado, aunque ya en los años 70 se convertiría en el Alexandra, donde serían habituales las sesiones dobles de películas de reestreno. Con los años seguiría adaptándose y se decantaría por cintas de tipo erótico hasta que, ya en 1984, sería no una Sala X, sino que tiene el título de ser el último de este estilo que hubo en Mallorca. Su fachada, que data de 1952, tiene la curiosidad de permanecer igual por estar protegida, pero su interior ha sido reconvertido en viviendas dúplex, patios y garajes por obra de Boris Pena y Javier Oliver, arquitectos que se alzaron con el Premi Ciutat de Palma d’Arquitectura de 2008 por esta intervención.

RIALTO

Y para acabar, volvemos al inicio del paseo: al Born. Bueno, casi. Nos vamos a la calle SantFeliu donde, en su número 3 se hallaba el Rialto, que entra en la categoría de los cine-teatro (al igual que lo fueron otros espacios como el propio Teatre Principal o el mítico Lírico). Emplazado en un señorial edificio del siglo XVIII, en 1926 se dedicó una parte del mismo a ser un glamuroso cine con capacidad para 500 personas. Lo de ser reconvertido en teatro llegó después, de la mano de Xesc Forteza. Finalmente, en 2002 echaría el cierre y se reconvertiría en la tienda Rialto Living que es hoy en día, y siguiendo la tónica de las decenas de cines de la ciudad que se han apagado para siempre.

CINE CAPITOL

Ubicado en la Plaza de Alexander Fleming, cerró sus puertas en 1988. A pesar de ello, todavía hay gente que se refiere a la plaza como 'la del Capitol'. Tras su cierre, se reconstruyó sobre él y actualmente es irreconocible.