El escritor Melcior Comes, que acaba de lanzar su nuevo libro, posa en Barcelona. | C. Domènec

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En la novela El dia de la balena (Editorial Univers), Melcior Comes (sa Pobla, 1980) recurre a un protagonista de 14 años que vive en el litoral de Mallorca en los años 90. El hallazgo de un cetáceo, varado en la playa, coincidirá con el cambio de etapa vital del personaje, de la infancia a la entrada paulatina en la edad adulta. «La ballena representa el final de la infancia, el monstruo que da a conocer todo lo putrefacto de la familia», asumió Comes, quien apuntó que «el padre del protagonista se va con otra mujer sin hablarlo, se esconde un secreto y todo termina por desembocar en una gran mentira».

La temática de El dia de la balena conecta con la bibliografía del autor. «Hay una continuidad con mis novelas anteriores», admitió el autor, quien aclaró que «después de publicar Tots els mecanismes, que era una novela compleja y que abrazaba todo un mundo en distintas épocas, quería escribir una novela más sencilla y breve (unas 200 páginas)». Comes desveló que «la editora (de Univers) me propuso que escribiera un cuento de Navidad, inicialmente le respondí que no», y argumentó que «yo suelo escribir del verano, con atmósferas pesadas, aunque me sedujo la posibilidad de controlar totalmente la edición, de hacerla a mi gusto, y salió El dia de la balena».

De Martí, el personaje principal, que tiene 14 años, Comes afirmó que «nunca antes me había puesto en la piel de alguien tan joven e inocente, ya que en las novelas anteriores los protagonistas son personajes maduros, perversos, muy curtidos». La historia ocurre en 1994, año en el que el autor tenía la misma edad que el protagonista. «Esta circunstancia me hizo recordar lo que me gustaba de los veranos infantiles, han pasado treinta años y muchas cosas ya han desaparecido», declaró el escritor, quien puso como ejemplo «la libertad con la que los chicos se movían en esa época, mientras que, ahora, Mallorca es un lugar más peligroso y no permitiríamos a nuestros hijos moverse como lo hacíamos nosotros o, al menos, los monitorizaríamos con el móvil, para poder tenerlos localizados en todo momento».

Comes contó que «no tenía intención de rendir cuentas con mi infancia, aunque, a medida que avanzaba en la escritura, fue surgiendo una conciencia crítica sobre cómo fuimos educados», y dijo que «antes, éramos emocionalmente distintos, existía una presión por hacerse mayores, por aprender a callar, a dejar de ver, a reprimir y no imaginar, lo que supuso una pérdida de la identidad del niño». El prosista aseguró que «he escrito la novela como si fuera una película, con la narración de un problema, un conflicto, un secreto y un final en clímax». La trama pasa por el norte de la Isla, entre la Platja de Muro y Alcúdia. «En la Albufera, rodeada de urbanizaciones masivas, es donde aparece la ballena», expuso Comes, quien explicó que «hay un contraste muy claro entre los chalets, los hoteles y las discotecas, y el paraíso mediterráneo semejante al paisaje que había en el mismo lugar hacía 400 años». «Son unos años en los que, en Mallorca, cualquiera que estuviese dispuesto a jugársela económicamente, tenía la oportunidad de salir muy beneficiado, es la época en la que llega el gran turismo, cae el Muro de Berlín, desaparece toda posibilidad de quimera comunista y los alemanes llegan a la Isla masivamente, son los años de la primera gran globalización», explicó. La novela ya se ha presentado en Barcelona y Vic, y está pendiente de programar en Mallorca.