Joan Punyet Miró, junto a su perro Taca.

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La creación y la inquietud artística están incrustadas en el ADN de Joan Punyet Miró (Palma, 1968); no en vano, es nieto de uno de nuestros más grandes creadores: Joan Miró. Su labor al frente de la Successió Miró, entidad que divulga y salvaguarda el legado del genio catalán, es de sobras conocida, pero no tanto su faceta artística, una cara que este jueves desvelará por primera vez en la Galerie Sweeney de Burdeos, en Francia. Se trata de una colección de pinturas, cerámicas y esculturas que Joan Punyet Miró ha trazado en los últimos años en Son Abrines, su hogar en Ciutat a escasos metros de la Fundació Pilar i Joan Miró.

Punyet Miró define su trabajo como «reivindicativo y ecologista», dos términos que van íntimamente ligados a sus creaciones porque «no podía ser de otra manera», contó ayer a este diario. «Estoy en un momento de gran cambio de paradigma en mi vida, un momento interesantísimo y que, sin duda, me emociona mucho», confiesa. Se nutre, principalmente, de conceptos como el reciclaje, el cuidado del medio ambiente, la sinestesia entre música y poesía, el abuso de los plásticos, que están «matando a nuestro mar Mediterráneo», y del arte contemporáneo en sí para crear unas obras con un fuerte componente crítico.

‘Basuraleza'

Sus influencias, además, pasan por nombres como el «gran filósofo» norteamericano Timothy Morton, que habla de otro concepto «que me interesa y me inspira, la ‘basuraleza'». Lo usa para hablar «de la muerte del planeta, de un cambio de paradigma que también esgrime Greta Thunberg, del ‘ecocicio' que estamos viviendo». «Todo mi arte tiene una filosofía, sino no lo haría, y a los 54 años lo hago porque me duele dejar a mis hijos un mundo destruido por el petróleo, la basura y por la ambición del dinero y el poder, sobre todo en una isla como Mallorca, sin agua y contaminada, creo que o hacemos arte reivindicativo o no hacemos nada más que dejar la vida pasar sin ningún tipo de interés», sostiene Punyet Miró.

Una de las obras que se exhiben en la exposición.

Sobre su primera exposición y el gran acontecimiento que supone para él mostrar sus obras por primera vez, el nieto de Miró considera que «lo más importante es reivindicar que cualquier ser humano es artista, es poeta, es músico o es escritor cuando tiene la necesidad vital de comunicar un mensaje; solo has de encontrar el mensaje específico que más que convenga, y a mí la pintura, el estampado, la cerámica, los ‘ecomóviles' o las manualidades es lo que me llega, en realidad todo lo que sea anti inteligencia artificial», agrega el artista, quien sentencia: «Mi mirada va hacia la intuición sentimental, el ser humano es un cúmulo de errores y dentro de ese errar constantemente se encuentra el camino para expresar tus inquietudes».

Una vista general de la muestra en la Galerie Sweeney, en Burdeos.

Colección

En cuanto a su obra, esta primera colección se configura a partir de pinturas, todas ellas realizadas dentro de «marcos reciclados, a los que doy una segunda vida para construir una narrativa inversa»; de cerámicas y de esculturas que construye también con elementos marinos, como «piedras agujeradas o plásticos» que recoge del fondo del mar. Además, colabora con otros creadores de la Isla, como Joan Gardy Artigas, con quien ha conseguido «proezas como cocer piezas en un honor de leña japonés a 1.350 grados», o Jaume Roig, con quien también está trabajando actualmente en un mural en Son Abrines.