En junio de 2021, en plena pandemia, la cineasta mallorquinaCarme Quetglas (Palma, 1988) se trasladó hasta el valle de Baztán (Navarra) para formar parte de una estancia de formación comandada por, nada más y nada menos, una de nuestras directoras más laureadas: Isabel Coixet.
La palmesana era una más entre los cuarenta profesionales de todo el mundo que participaron en esta convivencia de diez días, pero, sin embargo, la autora de Mi vida sin mí y La librería se fijó en ella. Después, tras un impasse de algo más de un año, Quetglas recibió la llamada de Isabel Coixet con una propuesta irresistible: dirigir la segunda unidad de su nuevo documental sobre la figura de Kevin Ayers (Herne Bay, Kent, Inglaterra, 1944-Montolieu, Francia, 2013). Un conocido músico británico que ejerció una gran influencia en el rock progresivo y psicodélico, y que residió en Deià hasta prácticamente sus últimos días.
La oportunidad de trabajar con Isabel Coixet la cogió por sorpresa: «Me llamó muchísimo la atención que me llamase a mí, me sentí asustada y abrumada, pero también muy contenta», confiesa Carme Quetglas, quien añade: «La verdad es que Isabel confía mucho en mi y me está dando mucha libertad creativa». A partir de ahí se embarcó en la difícil tarea de dirigir la segunda unidad del documental sobre Kevin Ayers y también está realizando tareas de producción. La primera parte ya se ha grabado y a finales de este mes continuará con una segunda fase en la que entrevistará a testimonios y residentes de Deià.
Una personalidad, la de Ayers, que «por alguna razón llamó la atención de Isabel», narra la mallorquina. De hecho, «él vivía en Montolieu y ella tiene una casa allí, supongo que eso también ayudó a generar una especie de conexión». Tanto es así que Isabel «decidió rodar este documental, un proyecto muy personal para ella», cuenta la cineasta.
Una de las grandes complicaciones del rodaje del documental está siendo «encontrar material grabado en vídeo, sobre todo, y también fotografías, pero nos está costando bastante porque hace veinte años no había tantas cámaras». Por eso, desde estas líneas lanza un llamamiento para dar con «personas que puedan tener algún material relacionado con Kevin Ayers en Deià». Para Quetglas, y a pesar de que desconocía la figura del músico británico, Ayers fue una figura «curiosa, porque para los residentes de Deià que le conocieron era uno más del pueblo, cercano y afable, pero para el resto del mundo era una rockstar».
Largometraje Al mismo tiempo, Carme Quetglas está trabajando también en la escritura del guión de su primer largometraje, titulado La mallorquina, de la mano de la productora Apena Films. Casualmente, la idea de este proyecto fue una sugerencia de la propia Coixet durante su estancia en Baztán, y aunque después «la idea inicial ha cambiado bastante, el personaje principal sí que me lo presentó ella».
La película está en fase de desarrollo y ya cuenta con el apoyo de la Mallorca Film Commission. Inspirada en hechos reales, La Mallorquina es un falso documental de género cómico que se ubica en Mallorca y que toca muy de cerca el tema de la identidad, el sentido de pertenencia y la memoria.
2 comentarios
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Cuando tengamos tranvíaYo he pensado lo mismo al dar el primer ojo por la foto, que sería una radar free lancer de los ayuntamientos.
Ves este trípode al pie de la carretera y el frenazo es inevitable...