«Hemos intentado llevar al espectáculo aquellos momentos en los que uno se siente alegre, tranquilo y en familia, donde surge el cante, el baile y la fiesta, situaciones irrepetibles donde nos sentimos libres», comenta Farruquito. Aunque todo tiene un orden y una estructura, la filosofía del concierto es olvidarse del público como espectador de manera frontal y hacerlo partícipe de esa «reunión circular».
«Venía de hacer espectáculos que no me dejaban seguir aprendiendo tanto, pero con Íntimo me pasa todo lo contrario, cada día es un reto con el que descubro cosas, como la búsqueda de la comunicación con los músicos y con mi hijo. Aunque hay puntos marcados y una estructura a seguir, luego navegamos e improvisamos a ver qué pasa», añade.
Bajo una atmósfera íntima en el espectáculo, Farruquito desvela sus raíces e historia como artista, mostrando lo más personal de él. Hace un recorrido por los palos tradicionales como los tangos, los soleares, las bulerías o las alegrías.
El bailaor ha nacido rodeado de artistas del flamenco, siguiendo los pasos de su abuelo Antonio Montoya Flores ‘Farruco' (Pozuelo de Alarcón, 1935-1997). El nieto ha continuado con la saga llevando el estilo a una forma más depurada y con fuerza. Con su música tiene el poder de contar y mostrar lo que lleva dentro, «nunca me he considerado escritor o poeta, pero la composición de las letras son una prolongación de mi baile, de manera que puedo expresar el cien por cien lo que siento», sentencia el artista.
Si bien sus composiciones y bailes siguen una base tradicional, el artista afirma haberse «reinventado» de manera natural. «Aunque a ojos de las personas que no entienden de flamenco puede parecer que siempre tiene la misma forma, este estilo cada vez va evolucionando más», opina. Los artistas son los encargados de modificar los géneros, sintiendo los ritmos de manera diferente, aún así, los músicos del mismo estilo hablan «el mismo idioma».
Evolución
A medida que pasa el tiempo, el flamenco va adquiriendo más público, a la vez que van surgiendo más artistas. «Hay muchísima gente reescribiendo el libro, como en todas las artes. Es en ese momento es cuando el público puede confundirse y llamar flamenco a otras propuestas contemporáneas o clásicos ‘aflamencados'», expresa Farruquito. Sin embargo, deja claro que también es positivo, ya que «acercan a otros públicos al flamenco, de manera que pueden disfrutar de todas las artes y danzas de hoy en día», añade.
Junto a su hijo, el bailaor va recorriendo España mostrando al público su arte. «Ya que mi hijo y yo compartimos la misma pasión, quiero hacerle ver que por mucho que él esté viviendo el flamenco en casa, hay que seguir trabajándolo», asegura. «Intentamos disfrutar siempre, pero sin perderle el respeto y la seriedad que esto requiere», concluye.
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