En la Navidad de 1223, en una cueva cercana al castillo de Greccio, san Francisco de Asís y un grupo de franciscanos crearon el belén de Greccio, el primer nacimiento viviente de la historia. Para conmemorar el 800 aniversario de este hito en la historia de las devociones populares del catolicismo, la Parroquia de Santa Creu de Palma ha organizado una serie de exposiciones, conferencias y conciertos. Además, Santa Creu ha concluido la restauración de su belén histórico, un conjunto de piezas de distintas épocas, materiales y procedencia que resultan una obra de gran interés. El nacimiento estará abierto al público a partir del 28 de noviembre.
«Antes del belén de Greccio existían pinturas y esculturas sobre la Natividad de Jesús, pero la tradición de confeccionar figuras para mostrar el nacimiento de una forma catequética no existía. Entre la herencia de Santa Creu, se encuentran los conjuntos belenísticos del siglo XVIII y XIX, que decidimos restaurar a principio de año», explica el rector de Santa Creu, Bernat Nadal, que quiso agradecer de a todos los particulares sus aportaciones que, junto a fondos parroquiales, han hecho posible este proyecto que no ha contado con ninguna subvención institucional. El rector ha estado acompañado en la rueda de prensa por el conservador de patrimonio de la parroquia, Antoni Pons, y por el director del taller de restauración Xicaranda, Alfredo Claret.
Así, los actos programados para la conmemoración, que cuentan con conferenciantes de renombre nacional, son los siguientes: el martes, 28 de noviembre se celebrarán en el Oratori de Sant Llorenç las conferencias La Betlemística a Mallorca y La restauración del betlem de Santa Creu: un cas particular, a cargo de Magdalena Riera y Pere Terrassa, respectivamente. También en el oratorio, el día 12 de diciembre Francisco M. Valiñas impartirá Hacia la definición del belén: del gótico al rococó, y el día 14, José Antoni Goñi ofrecerá El ciclo litúrgico del Adviento y la Navidad. Por su lado, Santa Creu acogerá el 30 de diciembre, a las 20.30 horas, el Concert de Nadal a cargo del Orfeó Balear y, el 6 de enero a la misma hora, el Concert de la Epifania, con Bartomeu Manresa al órgano, Samuel García a la trompeta y Cristina Van Roy como soprano.
Por otro lado, con la colaboración del equipo de comunicación del Bisbat de Mallorca, la Parroquia de Santa Creu ha realizado un documental que recoge el proceso de restauración del conjunto belenístico, «esta restauración es una punta de lanza para futuras intervenciones que puedan ejecutarse en otros conjuntos de la Isla. Además, hemos de aprender a comunicar nuestro trabajo de una forma distinta», expresa Pons. De este modo, el próximo 19 de diciembre se celebrará en la iglesia una mesa redonda con la presencia de todos los restauradores, tanto de Xicaranda como de Cyrta, el taller de restauración sevillano especializado en tejidos y encargado de la recuperación de los ropajes de las figuras, y en la que se hablará del proyecto audiovisual.
La restauración
Durante ocho meses, los técnicos restauradores han tenido que superar toda clase de dificultades. Por una parte, no existían precedentes en la isla de Mallorca de una restauración similar y no se conocían los materiales usados en la confección de las figuras, lo que ha obligado a solicitar analíticas de materiales y radiografías. Además, la falta de técnicos de referencia en restauración de tejidos ha hecho necesaria la colaboración de CYRTA, un taller de Sevilla especializado en la materia.
Sus responsables, Pablo Pérez y Pablo Portillo, se han desplazado expresamente a Mallorca para desvestir las figuras, restaurar los tejidos en su taller y volver a vestirlas. Frente a los reconocidos conjuntos napolitanos conservados en Mallorca, la parroquia conserva piezas confeccionadas por talleres que tuvieron un alcance regional. Del siglo XIX son dos figuras modeladas en barro que van montadas sobre un maniquí de madera articulado, San José y la Virgen María, factura que permitía cambiar las ropas que llevaban puestas y modificar su postura, posibilitando así nuevas maneras de representar el misterio de la encarnación. El Jesús de Olot, de final del siglo XIX o principios del siglo XX, es una pieza posterior y demuestra que el cambio de escala fue algo habitual en un belén mallorquín.
También del siglo XIX, aunque probablemente algo posterior a San José y a la Virgen María, se han conservado los animales del pesebre y un conjunto de reyes de terracota. Se trata de unas figuras cargadas de detalles, tanto de forma como de policromía. Llaman la atención las realizados en oro fino bruñido, que otorgan riqueza a las piezas. Para acabar con la descripción del belén histórico, han explicado los expertos en patrimonio, la Santa Creu conserva un conjunto de reyes con sus pajes, aunque falta uno de los pajes blancos. Se trata de piezas de vestir que presentan las cabezas, las manos y los pies de barro cocido policromado, y el cuerpo y las extremidades formadas por un maniquí de madera fijo. Las cabezas responden, sin ninguna duda, a los modelos propios del taller del Mestre de les Verges Rosses, que presentan rasgos fisonómicos propios de este taller, figuras de frente amplia, ojos juntos y narices afiladas. Vestidos con ropas propias de la moda del siglo XVIII y confeccionadas con gran detalle, se consideran las piezas más antiguas de todo el belén de la Santa Creu. La restauración se ha llevado a término al más alto nivel científico, creando un valioso precedente para futuras intervenciones de otros conjuntos belenistas de Mallorca.
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