The Ripples frente a la puerta del legendario estudio Abbey Road, en Londres. | Matias Palmer

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Pink Floyd, Radiohead, Oasis, Amy Winehouse, por supuesto The Beatles... y ahora The Ripples. El grupo de rock mallorquín entró el pasado 5 de abril en el Olimpo de la música al grabar un tema en el legendario Abbey Road, el estudio de grabación más importante de la historia de la música, famoso por el paso de cebra que ilustra el disco homónimo de The Beatles, creado allí durante los primeros meses de 1969. Hace menos de dos semanas que la banda compuesta por el cantante Toni Esbert, los guitarristas Juan y Nacho Andreu, el bajista Berto ‘Mapache' y el batería Jordi Rullán se convirtieron en el primer conjunto de la Isla en entrar en la cabina del estudio londinense de la mano del productor e ingeniero de sonido Henry Anthony Norton Sitjar.

The Ripples aprovecharon una de estas coincidencias que configuran nuestro destino para aprovechar «un tren que pasaba muy deprisa». Ellos mismo cuentan en exclusiva a Ultima Hora como se forjó esta experiencia mientras comparten anécdotas, bromas y cervezas en un bar de Santa Catalina. «Un hermano del amigo de nuestro agente y representante, Matías ‘El Preca', está estudiando producción musical en el Abbey Road Institute. Matías le dijo que vendríamos a Londres porque teníamos un par de conciertos y la noche antes del viaje nos ofreció que viniéramos y grabáramos un tema en el estudio ya que los alumnos pueden disponer de ellos. Los estudios 1 y 2 que son los más famosos porque allí grabaron The Beatles y luego hay salitas más pequeñas que es donde grabamos», explica Toni Esbert.

Berto ‘Mapache' añade que «el tema de momento se llama No direction, pero puede que cambie el titulo. Es bastante cañerita. De las más duras del disco y de todas las que hemos hecho hasta ahora. No dura mucho, son 2:30 o 2:40 minutos más o menos. El proceso de grabación fue completamente distinto a como estamos acostumbrados trabajar. Lo grabamos todo por pistas. El equipo era buenísimo y todo suena espectacular. Entramos a las cinco de la tarde y salimos a las once de la noche».

Sobre el edificio, fundado originalmente en 1931, cambió al nombre con el que es conocido popularmente en 1976 y hace una década fue adquirido por la multinacional Universal Music. Juan Andreu cuenta que «el edificio es una pasada, sigue igual que como estaba en los años 70. El Estudio 1 tiene unos 600 m² y cada día de grabación cuesta unos 60.000 euros. La sala donde está el comando de sonido, que es doble, es más grande que mi apartamento. Se ha convertido en un estudio de música moderna, pop y comercial. Pero solo estar allí y contemplar la estela que dejaron grupos como The Beatles o Badfinger y sentirte parte de eso es espectacular. Uno de los trabajadores del estudio nos dijo, literalmente: todo lo que te imagines se han grabado aquí. Hasta la banda sonora de Star Wars». Ese fin de semana actuaron en dos festivales en Inglaterra, donde volverán en mayo y «posiblemente» también a Abbey Road.

Experiencia

El grupo se lleva de Abbey Road una anécdota protagonizada por un ilustre. O mejor dicho, por el hijo de un ilustre. «El hijo de Alejandro González Iñárritu [director de películas como Amores Perros, 21 gramos o El renacido) grababa en el turno anterior al nuestro y uno de nosotros tuvo un pequeño rifi-rafe con él [ríen]. No revelaremos quién, solo decir que se sintió ofendido por uno del grupo», desvelan entre risas.Para terminar, Nacho Andreu sintetiza en dos frases el espíritu de una experiencia inolvidable: «Ha sido un sueño verlo, vivirlo y sentirlo. Decir que has grabado en Abbey Road es histórico».

Historia

Desde que The Beatles grabara allí su undécimo disco, el paso de cebra frente al estudio Abbey Road se convirtió en una atracción turística más de Londres. Eso ha sido así hasta hoy pero con una pequeña diferencia y es que hay truco. La señalización original fue movida ya que había provocado alguna colisión al estar mal ubicada. Los cambios no solo han afectado al paso de peatones y es que en 2010 el legendario estudio estuvo a punto de desaparecer pero una campaña impulsada por artistas que alli habían grabado como Paul Mc Cartney lo evitó.