El escritor Miquel Rayó posa en el estudio de su casa en Palma. | Pilar Pellicer
Desde los catorce años, Miquel Rayó (Palma, 1952) escribe un diario personal, por lo que se ha visto obligado a deshacerse de varios cuadernos para, literalmente, poder seguir adelante. Amante de la poesía china y japonesa, con multitud de antologías de haikus en su biblioteca personal, hace años le regalaron un cuaderno y decidió probar con este ambicioso y tradicional género lírico japonés que se propone, en muy pocos versos, reflejar la belleza de la contemplación de la naturaleza.
«En 1999 me regalaron un cuaderno de notas cuya portada rezaba ‘cien páginas para mil ideas'. Me recordó a volúmenes como ‘50 haikus de' o ‘los 100 mejores haikus de tal autor'. Empecé ese cuaderno el 31 de mayo de 1999 y todavía continúo escribiendo», cuenta el reconocido escritor, que recoge una selección de una setentena de esos poemas en Quadern de camp. Haikus del salobrar (El Gall). Lo presenta este miércoles a las 19.00 horas en Rata Corner junto a Miquel Àngel Lladó y Joan Mayol.
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