Margalida Solivellas durante el pregón. | Teresa Ayuga

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La Setmana del Llibre en Català ha echado a andar en los jardines de La Misericòrdia con su jornada inaugural, que se prolongará hasta el domingo. Se trata de un evento convocado por el Gremi de Llibreters de Mallorca que convivirá junto a los actos de la Diada, como el concierto de Nou Romancer, y que contó con afluencia de público, música y el tradicional pregón que ha pronunciado la periodista y escritora Margalida Solivellas.

En su parlamento, Solivellas ha hecho un alegato en favor del «gran univers català» tras agradecer la oportunidad de estar en un escenario que suele estar ocupado por «escritores o creadores que la mayor parte del tiempo se dedican al mundo de la literatura», haciendo la distinción entre periodista y escritor que ella misma ha experimentado.

Tras ello, Solivellas ha defendido principalmente la libertad. La libertad de crear y, también, de trabajar sin presiones, con medios suficientes y criterio propio. Algo que, como ha destacado, no ha dejado de ocurrir en una tierra, la nuestra, en la que a pesar del «círculo sin salida de contar turistas y más turistas», otros «con otra sensibilidad juntaban letras o notas musicales».

Esto lo ha comentado en oposición a esos «espacios de influencia» que determinan y marcan o, como mínimo, condicionan a los profesionales, ya sea del periodismo o de la cultura creadora donde la «precariedad» es una constante y una «cuestión de presupuesto».

Tras lo mencionado, Solivellas ha defendido otro pilar de la sociedad: la educación. En su discurso, ha criticado la falta de previsión en el presupuesto y la nula partida destinada a bibliotecas, mejora en infraestructuras. Por todo ello, ha denunciado la «incoherencia» del poder que se llena la boca reivindicando la cultura, la educación y el periodismo libre, que luego no se traduce en dotaciones.

Para acabar, Solivellas ha citado al fallecido escritor Paul Auster y su última novela, Baumgartner, ejemplo de escritor que ejerce la libertad y ha animado a «abrir puertas y ventanas» para que «todo el mundo se sienta a gusto y bien tratado en el gran univers català».