Toni Bestard junto a Alfonso Morillas y Aina Zuazaga este martes en el Teatre del Mar, donde estrenan el viernes 'Cinestèsia'. | Pilar Pellicer

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¿Y si la pantalla del cine pudiera ver a los espectadores mirando una película? ¿Qué vería? Seguramente vería lágrimas con complejo de cascadas sobre mejillas sonrosadas; mandíbulas en un jovial sube y baja carcajeante y constante; besos cómplices y exploradores en la penumbra de la sala; y sí, no lo neguemos, puede que algún que otro ronquido placentero. Sin saberlo, muchas de esas películas forman parte de las historias de muchas otras personas, que han vivido, sufrido, añorado o anhelado –o puede que de todo un poco– un primer amor (y un segundo, un tercero...) en el espacio que existe entre un proyector y una pantalla, sobre rojos butacones y con olor a palomitas recién hechas.

Es posible que el lector haya recordado algún momento similar a lo descrito en el párrafo anterior. Puede que al leer alguna palabra haya creído saborear de nuevo unos labios, haya recordado algún momento amargo o escuchado la música que sonaba en el cine en alguna emocionante primera cita. Esa sensación sinestésica es, precisamente, lo que nutre al personaje de Cinestèsia, a quien le cuesta diferenciar entre realidad y ficción mientras repasa sentada en un sillón de cine, ante una crisis existencial en ciernes, las relaciones que ha tenido y la importancia de esas primeras películas vistas en pareja.

La obra, un proyecto multidisciplinar, se puede ver este fin de semana en el Teatre del Mar y es el resultado de una residencia artística en el Centre de Creació Espai el Tub de Produccions de Ferro que forma parte del Festival de la Paraula. Es la actriz Aina Zuazaga quien se pone al frente del monológo escrito por Alfonso Morillas y el cineasta Toni Bestard cohesiona la propuesta desde su primera dirección escénica.

Recalquemos lo de multidisciplinar porque, al igual que sus responsables, la obra junta lo mejor de cada arte: el cine, el teatro y, claro, la música. Sobre el escenario, Zuazaga asume el «reto», tal y como ella lo describe, que ha supuesto un texto no solo de gran extensión, sino también de amplio registro en el que la risa y la emoción van encadenadas como los eslabones de un collar. Junto a ella, Lost in Translation, la banda que forman Bestard, Zuazaga y Gonzalo Nadal y Pablo Demangel, que interpreta temas en directo. «A veces parece un musical», comenta la intérprete que también canta.

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La actriz y cantante Aina Zuazaga durante el ensayo en el Teatre del Mar de 'Cinestèsia'. FOTO: PILAR PELLICER

Bestard destaca que, de hecho, la idea surge de la propia banda Lost in Translation, que ya nació como una forma de unir las pasiones de la música y del cine (el mismo nombre de la formación hace referencia al conocido filme de Sofia Coppola). «Pensamos que estaría bien trasladarlo a la pasión por el teatro de Aina y mi experiencia con el cine». Así pues, Morillas, exalumno de Bestard en el CEF, recibió el encargo de escribir el texto, y todo fue avanzando.

Enamoramiento

Por su parte, Morillas expone que les interesaba mucho la idea de «este repaso a través del cine de las diferentes etapas del enamoramiento» y que el resultado es «una obra que busca emocionar, es bonita y conectará con la gente». Además, las referencias escogidas tanto a nivel musical como cinéfilo son «clásicos que están en el imaginario colectivo», por lo que el público las irá «pillando» sin ningún problema con algún que otro guiño escondido para algunos más entendidos que, a ciencia cierta, dibujarán alguna sonrisa que otra.

A pesar de tener las labores muy diferenciadas, los tres coinciden en señalar que fue «un trabajo muy colaborativo», como a la hora de escoger las piezas musicales que acompañan al texto o la construcción de los momentos audiovisuales, que cuentan con interesantes colaboraciones que prefieren no desvelar, que le dan el punto cinematográfico a todo el conjunto.

«No me he sentido solo ante el peligro», confiesa Bestard sobre esta suerte de trabajo en común que han llevado a cabo en su debut teatral. Acostumbrado a las cámaras, el cineasta de Bunyola se ha sentido cómodo ante las tablas, aunque descarta cambiar claquetas por telones.

En líneas generales, Cinestèsia es «un perfecto aperitivo navideño» que encantará «a los amantes del cine, el teatro y la música». Y si hay alguien a quien no le guste ninguna de esas cosas muy probablemente no se encontrará en la tesitura de ir al Teatre del Mar. Aunque igual debería, porque saldrá con una sonrisa, una lágrima, o puede que ambas. O como las llama Zuazaga, 'lagrirrisa'.