Las últimas elecciones han supuesto un duro castigo para los grandes partidos mayoritarios tradicionales, algo que también ha ocurrido en mayor o menor medida en otros países, por lo que resulta interesante aventurar hipótesis de lo que está pasando, más allá de las particularidades de cada comunidad o municipio y de sus respectivos líderes.
A mi juicio, y centrándome en el PP, tres son los elementos principales que han conducido a la situación actual. El primero es la sensación de la convergencia programática con el otro gran partido de gobierno, lo que lleva a que la alternancia en el poder no sea percibida como la necesaria rendición de cuentas; algo que constituye un terreno abonado para la aparición de nuevas formaciones, que incluso, con su simple presencia, dificultan la obtención de amplias mayorías.
Ambos partidos mayoritarios, aunque con diferente intensidad y resultados, se han enfrentado al necesario proceso de ajuste presupuestario y de reformas estructurales, realizando lo urgente y dejando para más adelante las reformas más complicadas, como si el principal agente reformista no fuese otro que la mismísima prima de riesgo.
En demasiadas ocasiones el PP ha lanzado el mensaje de que las medidas de ajuste y liberalizadoras se tomaban de forma coyuntural o temporal para poder retornar al statu quo lo antes posible. Es cierto que se han hecho muchos cambios en la buena dirección, pero tendría que haber hecho más, con más convencimiento, para que el ciudadano medio percibiese claramente lo acertado de esta política.
El segundo elemento es la escasa incorporación de los ciudadanos al sistema político debido a las pesadas estructuras de los grandes partidos, fruto de las leyes electorales, que dificultan la participación ciudadana concentrado excesivamente el poder en sus cúpulas.
Ante un proceso de ajuste fiscal es vital que los distintos grupos sociales se sientan representados. Ya que si no es así se optará por las posiciones extremas, al interpretar que la clase política tradicional persigue sus propios intereses en lugar de los generales.
El tercer y último gran elemento del cambio electoral lo constituye el colapso de las redes clientelares a través de las que se ha articulado parte de la acción política, como consecuencia de la disminución de rentas a repartir y la necesidad de la realización de reformas.
El clientelismo es el vínculo más débil entre el votante y el político al ser el más ligado a los beneficios inmediatos. En la subasta, los partidos más marginales siempre pueden ofrecer más.
Estas tres hipótesis básicas definen también el camino a seguir en los próximos meses. La política, como el resto de la sociedad, está cambiando. Los partidos de izquierdas en ascenso no realizan propuestas de construcción, y el PSOE actúa de comparsa. El PP está en una encrucijada; puede optar por las propuestas de modernización política, o no.
6 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
Ni tienes ni pajolera idea de lo que piensa el ciudadano, Pep Ignasi.
errores: 1) el ensañamiento contra el catalán con el TIL y negando la unidad de la lengua (si hubieran querido eso hubieran votado a Delgado). 2) medidas drásticas para luego abrir la mano antes de las elecciones (la gente no es tonta) 3) demasiado muñir la ubre. somos de los que más ingresos generamos (per cápita) y de los peor tratados a la hora de recibir (vale, esto es culpa de Madrid). Bauzá hizo "lo que tenía que hacer" y por eso ha caido. Pero no importa, ya le tienen reservado el sillón en el senado. Por cierto que los ciudadanos percibirían mejor los recortes si también se eliminase ese senado que casi todos piensan que no sirve para nada.
Jaja nueva saga de artículos de las clases de aguiló, lo q nos faltaba. Un tipo q cuando fue conseller no hizo otra osa que la pelota a bauza y se olvido del partido y de los militantes. Madre cita q me quede como estoy, porque sabia q no tenia nivel para estar donde estuvo. Eso vale, pero sus clases aqui sobran. A russsssshhhhhh a la calle y q tenga cuidado, q esta la fiscalia a la torna de la vocera
soy votante del pp y no vote esa pasada elecciones. motivos. mucho impuestos con poco resultado . la relajacion de impuestos no aparecio em 4 a. listas encabezadas por gente que no representa a las bases . con poca representación y proyecion social y vividores de la politica. auténticos profesionales de la mediocridad y con nulo curriculum social y laboral fuera de la sillas que ocupan duran hasta 16años. personas que no conrctac con las bases ni estas se sienten representadas. emprcemos por ahi o nunca mas veremos gobernar al pp
El problema de la pseudo-politica y de los pseudo-politcos a los que nadie respeta y que son castigados por el votante en cuanto tiene ocasion es que afecta a TODOS LOS PARTIDOS. Si, ahora esta la izquierda ahi. Con todos sus votantes asustandos porque todos sabes que quizas haya 4 o 5 personas válidas y honradas y poco mas en cada uno de esos partidos. Todo lo demas es, como mucho, solo buena voluntad sin profesionalidad ni esfuerzo ni experiencia detras. O simplemente y sobre todo gente de perfil "pseudo politico" que se apunta al rio revuelto del desconcierto para su propio beneficio. En eso se basa la falta de confianza y no es simples y abstractas ideas que son pura cortina de humo sin gestores valientes y capaces. Y que partido les daria el lugar que necesitan para gestionar el pais?
Somos el país que MÁS paga en impuestos, después de Suecia. Y agracias a ello, no conseguimos ahorrar ni un euro. Y encima nos siguen sangrando con sus copagos. Y cada vez hay más privatizaciones (realizadas de forma siempre encubierta o demasiado sospechosa). Se ve una cantidad vergonzosa de corrupción política... demasiados políticos metidos en Emaya, y no hablemos de las industrias de energía (luz, gasolina...) Y el pueblo llano solo nos resta seguir pagando más impuestos y más copagos... para seguir viviendo en un país ruinoso. ¿En serio que alguien pretende que tengamos algún apego a nuestros pseudo-políticos? Anda ya!!