Centre Nautic Ciutadella. | David Arquimbau

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Cuando la pasión por una afición se convierte en profesión, se produce muchas veces un engranaje perfecto que es capaz de impulsar una empresa para convertirse en todo un referente. Centre Nàutic de Ciutadella lleva casi cuarenta años como un puntal para la zona de poniente de Menorca. La segunda generación ha sabido mantener el espíritu de esta empresa familiar, volcada en el mantenimiento, reparación y restauración de embarcaciones, así como también concesionario de reconocidas marcas a nivel mundial.

Se ha convertido en una empresa que es referente no solo para sus clientes sino también para otras náuticas más pequeñas a las que también proveen. El año pasado llevó a cabo una reforma integral de sus instalaciones, que le han permitido mostrar hacia el exterior todo su potencial interior.

ORÍGENES. Cuando Miquel Pons abrió su primer taller en un garaje de la calle Madrid en el año 1977, poco podría imaginar que casi cuarenta años más tarde se convertiría en la primera empresa náutica de Ciutadella. Estamos hablando de cinco mil metros cuadrados, con una plantilla que emplea a 12 personas bajo el liderazgo de Toni Pons Faner, segunda generación, y también un referente local a nivel deportivo por sus millas náuticas recorridas que lo han llevado ganar el Gran Prix, cruzando el Atlántico en 2012 o enfrentándose a la navegación en solitario de la Marenostrum. Toni sigue los pasos y los sabios consejos de su padre, todavía en activo, con una obsesión por ofrecer siempre un servicio profesional.

La base de negocio de Centre Nàutic Ciutadella se ha desarrollado desde sus orígenes en el mantenimiento y cuidado de embarcaciones, gracias a su taller mecánico, con una especial dedicación hacia el servicio de invernaje. “El hecho de que tengamos 130 barcos en custodia, que guardamos cuidadosamente en nuestra nave cubierta, después de haberse llevado a cabo todos los trabajos necesarios que precisa una embarcación que haya estado en contacto con el mar, supone nuestra mejor carta de presentación para cualquier nuevo cliente”, explica Toni Pons.

La fiabilidad de una logística propia, llevada a cabo con grúas y camiones de su propia flota para poder controlar todos los pasos, desde el puerto hasta sus instalaciones en el polígono de Ciutadella, acaban de otorgar un sello propio de calidad. De hecho, fueron de los primeros negocios que se trasladaron del centro de la ciudad a una nave del incipiente complejo industrial, y esta decisión vino respaldada por un propósito de convertirse en referente tanto en invernaje como en servicio mecánico.

La incorporación hace catorce años de Toni Pons, recién llegado de Barcelona donde había estudiado Dirección y Administración de Empresas, hizo pasar de una estructura puramente familiar a una profesionalización de toda la plantilla en cuanto a dirección, objetivos y rendimiento. “En el fondo somos una náutica tradicional que ha querido crecer sólidamente con una propuesta de valor clara”, explica el gerente. “Lo que hemos hecho es trasladar nuestra pasión por el mar al cliente. Somos una familia que vive para y por el mar. Cuando tenemos un rato libre, estamos navegando. Miramos de seguir el calendario de regatas siempre que podemos”, añade. El empresario está muy vinculado al Club Náutico de Ciutadella, donde ejerce de vocal de vela.

Una de las decisiones estratégicas que se llevaron a cabo fue la especialización en taller. El mundo náutico alberga una gran cantidad de marcas y fabricantes que provoca que muchas veces las náuticas opten por intentar abarcar el mayor número posible, pero en el caso de Centre Nàutic Ciutadella, Miquel Pons decidió trabajar única y exclusivamente con la francesa Jeanneau, las neumáticas Capelli y los motores Suzuki y Volvo Penta. “Al contrario de la automoción, donde todo está muy estandarizado, la mecánica náutica es muy compleja y si no te conviertes en especialista corres el riesgo de defraudar las expectativas del cliente, ya que cada embarcación es un mundo. El trabajo tiene a concentrarse en dos meses y no puedes fallar y dejar de ser competitivo”, detalla Pons.

La apuesta y la fidelidad de muchos años por marcas de referencia como Jeanneau o Volvo Penta permite que puedan disponer no solo de un trato privilegiado, sino que cualquier evolución tecnológica se convierte en un curso de formación en la casa matriz al que los responsables del taller mecánico acuden durante los meses de invierno.

En este sentido, Centre Nàutic Ciutadella mantiene una actividad de trabajo constante durante todo el año, no solo en los meses estivales cuando se acelera como consecuencia de la temporada alta que vive Menorca. Desde que concluye la temporada turística hasta enero, los esfuerzos se concentran en todo el proceso que llevan a cabo para la invernada de embarcaciones, desde transporte a limpieza a fondo para eliminar el salitre, la deshumidificación para mantener la embarcación seca, o toda la revisión mecánica a la que se someten los motores.

Los meses de febrero, marzo y abril se dedican a las acciones de refit como la pintura del casco o los tapizajes. A partir de mayo empieza de nuevo el ciclo de puesta a punto para recibir el verano.

REFORMA. Con la reforma que llevaron a cabo el año pasado mejoraron no solo en imagen de marca sino que pudieron ganar 300 metros de exposición para embarcaciones, gracias a un mejor aprovechamiento del espacio. También quisieron reorganizar los puestos de atención para mejorar su eficiencia y, del mismo modo, reordenaron la zona de tienda, convirtiéndose en un auténtico supermercado náutico donde poder encontrar cualquier elemento imprescindible para salir a navegar.

“El proyecto de remodelación lo teníamos definido en 2009 pero la crisis frenó la iniciativa, ya que no nos atrevimos a empezar con las obras hasta enero de 2014”, explica. En estos años la actividad del taller no solo se ha mantenido, sino que ha crecido mientras las ventas caían, aunque esta temporada han vuelto a repuntar.

Quizás la asignatura pendiente de Centre Nàutic Ciutadella sea la expansión de la empresa hacia la zona de Maó, donde el potencial de crecimiento de amarres en su puerto es la posibilidad de que pueda incrementarse el numero de embarcaciones. “Abrir en Maó sería una posibilidad, pero no la tenemos prevista, aunque tenemos claro que tiene más potencial que aquí. El puerto de Ciutadella no crece en amarres y esto limita la posibilidad de crecer de la empresa”, concluye. Estos días de octubre visita el Saló Nàutic de Barcelona, fiel a su política de visitar salones náuticos nacionales e internacionales para estar al día en todas las novedades del mundo de la náutica, como también hizo a principios de año en el Boot Düsserldorf.