En el año treinta del siglo pasado Keynes escribió un breve ensayo con este título sobre el pesimismo económico de su tiempo dominado por la Gran Depresión del 29. Con el tiempo fue desarrollándose lo que se llamó la Revolución Keynesiana que creó un sistema económico nuevo que transformó las economías de los países desarrollados en economías mixtas de mercado que contaban con un potente sector público capaz de intervenir y regular la economía privada por medio de la política fiscal y monetaria de los gobiernos. Ninguna de las economías que la adoptaron experimentaron una depresión importante en los treinta años que siguieron a la Segunda Guerra Mundial, con un continuo aumento de los niveles de vida y la creación de importantes estados de bienestar que contribuyeron a mejorar la distribución de la renta y a reforzar la cohesión social. Las posibilidades económicas de sus nietos fueron mucho mejores.
Las posibilidades de nuestros nietos (I)
02/12/16 14:03
También en El Económico
- Descubre la planta ideal que te ayudará a dormir toda la noche del tirón
- El profesor condenado: «Si supiera de mí lo único que sale en los medios, yo también estaría preocupado»
- Cuatro años viviendo en una caseta de un parque municipal
- Un mallorquín buscado por la Europol: la detención clave para resolver el atentado al expolítico Vidal-Quadras en Madrid
- «Cometí un error hace casi 20 años y se me está persiguiendo toda mi vida»
1 comentario
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
Todo un arte escribir tanta línea para no decir nada o, peor, imprecisiones e inexactitudes. Los del baby boom, yo lo soy, también somos ingenieros y médicos y no nos apuntamos al pelotazo inmobiliario. Si, en cambio, lo hicieron los de la generación anterior a la nuestra, nuestros padres y abuelos. Los del pelotazo del turismo que pusieron las bases para destrozar la isla y ahora encima se lo tenemos que agradecer. Y tampoco son los de la década de los 80, son los de finales de los 90, como mi hija, que dentro de poco tendrá que enfrentarse, después de la universidad, a un mercado laboral precario que ni la izquierda ni la derecha le saben poner remedio. No querido periodista, el problema está en en la avaricia de las personas. Infórmate y no escribas frases que has sacado de la lata de conservas.