El equipo que lidera Isabel Petrus (centro) está compuesto solo por mujeres que unen experiencia y frescura. | Gemma Andreu

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Para poder hablar de Casas en Menorca hay que viajar en el tiempo para situarse en un proyecto de largo recorrido al que se quiso sumar una emprendedora como Isabel Petrus hace treinta años, y que empezó a liderar a partir de 1997. Su cambio de marca hace tan solo cuatro años no fue más que la consecuencia una gran renovación hecha a conciencia con la que se quiso poner la empresa en el mapa de los buscadores online del siglo XXI. Una estrategia en la que también quiso capitalizar su amplia experiencia en el sector inmobiliario, sumada al carácter familiar y cercano que esta agencia ha defendido siempre.

Con una cartera de 2.500 propiedades y un equipo íntegramente femenino que hoy día forman doce profesionales, Fincas y Casas en Menorca SL se ha dedicado estos últimos años a atender especialmente al mercado francés e italiano, sin dejar de lado al cliente local, con el que ha tratado toda la vida.

ORÍGENES. Fue en la céntrica Plaza España de Maó donde Isabel Petrus, gerente y propietaria actual de Casas en Menorca, entró a trabajar en 1987 como responsable de la oficina que había abierto Fincas Oliver Mateu a finales de los años sesenta. Por su carácter emprendedor y su trato cercano, Isabel asumió enseguida la responsabilidad de liderar el proyecto con el que se decidió iniciar un plan de expansión comercial que supuso la apertura de tres nuevas oficinas.

La primera se inauguró en 1999 en la calle S’Arravaleta de Maó, al año siguiente abrieron una sucursal en el municipio de Sant Lluís y posteriormente llegaron a abrir una tercera en 2006 en el carrer Nou de Maó. “Eran años de bonanza y crecimiento en todos los sentidos, en los que llegamos a ser dieciocho personas trabajando entre las cuatro oficinas que teníamos abiertas”, explica la gerente de Casas en Menorca. “Siempre dedicados a la compra y venta más que al alquiler, disponíamos de una cartera amplia de viviendas y locales además de comercializar promociones que se ponían en marcha. Recuerdo con especial cariño la que se hizo de las naves y terrenos del polígono industrial de Sant Lluís, la del parking de Ses Bruixes en Maó o una serie de viviendas en Cala’n Bosch”, comenta Isabel Petrus.

En 2007, adquirió el resto de acciones de la sociedad en la que había entrado a formar parte unos años antes y se convirtió en su única propietaria. Nada hacía presagiar la difícil situación que estaba a punto de acechar al sector inmobiliario.

TRANSFORMACIÓN. La irrupción de la crisis en 2008 provocó un fuerte revés en el sector inmobiliario que supuso un duro golpe para la empresa de Isabel Petrus, que vio cómo se tambaleaban los pilares de su existencia, obligando a cerrar tres de las cuatro sucursales que mantenía abiertas, provocando una drástica reducción de personal y forzando un replanteamiento de todo el negocio, tal y como estaba concebido hasta la fecha. “En 2013 tuvimos que hacer un cambio de estrategia con el que pasamos de ser una agencia inmobiliaria tradicional a una del siglo XXI. Lo hacíamos, seguramente, forzados en parte por las circunstancias que estábamos viviendo, pero con el convencimiento que el camino a seguir era muy claro. Debíamos apostar por un cambio de marca que nos permitiese tener una presencia óptima en los buscadores de internet y gracias a la incorporación de Úrsula Pons como community manager, se pudo hacer esta transición”, explica la gerente.

Ese mismo año no solo pasaron a denominarse Casas en Menorca sino que también tomaron otra decisión en su estrategia de negocio con una apuesta decidida por el incipiente mercado francés e italiano, que en aquel momento empezaba a interesarse tímidamente por Menorca. “Yo hablaba francés, tenía dos personas de confianza que eran nativas y vivían todo el año en Menorca que contribuyeron a ejecutar nuestro nuevo enfoque”, detalla Petrus. Con la profesionalidad de siempre y sin olvidarse del mercado nacional, empezaron a dar forma al nuevo proyecto con el equipo de cuatro personas que en aquel momento daba forma a la nueva sociedad.

La recuperación progresiva del mercado inmobiliario les permitió crecer en poco tiempo hasta los doce empleados y mudarse en enero de 2015 a un edificio de cuatro plantas en la calle Infanta de Maó. “El aprendizaje y la experiencia de todos estos años, sumados a la actualización de la empresa, han sido los factores que nos han permitido recuperar la confianza de los clientes y ganar nuevamente posiciones en el sector inmobiliario, tras unos años de travesía por el desierto”, detalla Isabel Petrus. “Todo mi equipo está compuesto íntegramente por mujeres que unen juventud y veteranía, experiencia y frescura”, añade Isabel. Su espíritu emprendedor no ha decaído y sigue estando en primera fila, de lo que uno se da cuenta nada más entrar en su oficina donde le gusta prescindir del despacho y estar detrás de una mesa cara al público, como cualquiera de sus compañeras. “Hoy día, Casas en Menorca está considerada como la segunda agencia inmobiliaria de Menorca”, concluye satisfecha Isabel Petrus.

FUTURO. En la actualidad, la empresa se encuentra en un momento de expansión con la previsión de poder abrir una segunda oficina de atención al público en Ciutadella y con la comercialización en marcha de tres nuevas promociones de viviendas que se han reactivado en Maó y que están vendiendo en exclusiva. “La primera promoción ya la tenemos toda cerrada y las otras dos se acaban de poner en el mercado. Se trata de las primeras promociones de obra nueva que surgen tras la crisis. En total suman más de una treintena de nuevas viviendas que el grupo Salas, una empresa dedicada a la gestión inmobiliaria con larga experiencia nos ha confiado”, detalla la gerente de Casas en Menorca. “También hemos empezado a trabajar en colaboración con otra compañía inmobiliaria llamada Activum que está especializada en viviendas de bancos y fondos de inversión con la que estamos teniendo acceso a nuevos mercados”, añade Isabel Petrus.

En el plano de responsabilidad social corporativa, su compromiso como agencia inmobiliaria ha estado vinculado siempre que ha podido al mecenazgo cultural, como por ejemplo con el Teatro Principal de Maó pero también en el plano deportivo, fruto de la etapa de su gerente como presidenta de la Unión Deportiva, uno de los clubes más veteranos de Menorca.