Juanjo Calvo explica que Iberostar apuesta por la comunicación con el cliente a través de la app.

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Juan José Calvo se define como un “raro” en el sector turístico, ya que ha ocupado puestos de dirección tanto en ventas como en operaciones. Tras pasar por Palladium, hoy es director de Operaciones EMEA del Grupo Iberostar. Explica que el sector hotelero en Balears ha vivido una gran transformación en la última década.

MEJORAR EL PRODUCTO. “Los hoteleros han transformado zonas como Magaluf y Platja de Palma que antes estaban obsoletas. Ha habido grandes cambios en los hoteles para relacionar una estancia con una experiencia. El destino está cambiando. Y en la Platja de Palma, Iberostar está invirtiendo en cambiar el producto típico de cuatro estrellas de apartamento, en cinco estrellas con una restauración a la carta. Hemos invertido en diferenciar, por ejemplo con nuestros SeaSouls, especialmente con dos reformas muy importantes en la zona, el Iberostar Playa de Palma y el Bahía de Palma. Atraemos a un cliente de más alto poder adquistivo y que sale más, nos alejamos del todo incluido”, indica.

CREAR LA EXPERIENCIA. En cuanto a innovación, explica novedades de Iberostar en la tecnología y en su portfolio. “Estamos digitalizando todos los contenidos para que puedan tener toda la información en el móvil. A través de la tecnología podemos llegar más fácilmente al cliente y personalizar su estancia. Pueden comunicar las incidencias a través de nuestra app, lo que permite una mayor rapidez para resolverlas y permitimos reservar una habitación en concreto”, apunta Calvo. “En cuanto al porfolio, en Iberostar nos centramos en el cliente y nos vamos a segmentar más en nuestros reposicionamientos este año”, añade.

Juanjo Calvo considera que “el mercado va muy rápido”. En consecuencia, la tecnología y los servicios tienen que unirse para “crear una experiencia, capturar el momento y trasladarlo. Esto antes lo hacían los folletos, pero ahora lo hacen las redes sociales y lo bueno es que lo podemos seguir y medir, utilizar en nuestro beneficio. El boca-oreja se ha digitalizado. Si me voy a un restaurante me fío de lo que me dice otra persona aunque no la conozca”, afirmó. “La opinión de otra gente es lo que cuenta hoy. La calificación en estrellas está obsoleta. Ya no transmiten la calidad del hotel porque lo importante no es cuánto espacio tiene el pasillo, sino la experiencia que vives”, afirma.

En cuanto a los precios del pasado verano, no cree que fueran desorbitados porque “añadimos valor”. “El cliente busca tranquilidad, infraestructuras y servicio. Y lo pagan. En verano lo damos todo”, concluye.