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Parece que las principales bolsas europeas quieren aprovechar los soportes sobre las que cerraron 2017 para retomar la tendencia alcista frenada en los últimos meses.

Por lo que respecta al selectivo español, el IBEX 35, consiguió mantenerse por encima de 9.800-10.000; de hecho cerró en 10.043,9. El objetivo al que se debería encaminar serían los 11.000-11.200, sin embargo es cierto que, antes, los 10.500-10.600 pueden ejercer de leve resistencia. Aunque el soporte parezca fuerte podría haber acontecimientos (la incertidumbre en Catalunya es muy mala para el mercado) que lo pongan en duda, y el siguiente que habría que mirar sería el de 9.200.

El DAX 30 alemán que también cerró el año apoyándose en su soporte (12.900-13.000) está enfilándose hacia su anterior máximo histórico, que de todas formas no fue un nivel que se consolidó, con lo que no debería ejercer de resistencia. Por debajo los 12.500-12.350 tendrían que ser el soporte más fuerte si se perdiera el de final de 2017. El MIB 30 italiano, que en el momento de escribir este artículo lidera la rentabilidad de 2018 con un 5,50%, se está acercando a los 24.000-24.500 puntos que representan sus máximos de 2009 (nivel que en 2015 no logró superar tras varias semanas intentándolo). De hacerlo, y con permiso de los psicológicos 25.000, pondría su punto de mira en los 28.000. En caso contrario, el siguiente soporte lo encontrará en 20.600.

El FTSE 100 británico está en máximos históricos y tiene vía libre para continuar tendencia, mientras tendría soportes sólidos cercanos en 7.100 y 6.700. Además, la divisa podría dar alegrías extra a los inversores. Por último, el EuroStoxx 50 está rebotando en los 3.500 y tiene el objetivo en 3.800; eso sí, tendrá que superar antes la resistencia de 3.650 que le frenó por dos veces el año pasado. Si pierde el cierre anual, los 3.400 y 3.300 son los soportes que darían tranquilidad a los inversores.