Las tres últimas semanas bursátiles han sido dañinas para las bolsas y las europeas no han escapado a los números rojos. Varias causas han sido detonante de unas caídas del 9-10% desde finales de septiembre: las políticas fiscales en Italia que ponen en duda la salud financiera del tercer país más grande de la zona euro, la falta de acuerdo por el brexit, la subida de los precios del petróleo y, por supuesto, la guerra comercial de Estados Unidos con China.
Mucho se ha hablado en esta sección de los ruidos en las bolsas. Habrá que ver si estas noticias harán un daño real a las empresas cotizadas o bien cambie y en Italia se controlen un poco, el brexit se vaya definiendo, el petróleo se estabilice o la guerra comercial dé oportunidades a empresas europeas. Parte de la respuesta la tendrá la temporada de resultados empresariales, que, por cierto, en Estados Unidos ya está dando buenas noticias para sus compañías.
De momento es fundamental marcar nuevos soportes para cubrirse o definir nuevos puntos de entrada para quien se haya protegido con stops:
El IBEX español ha perdido su gran suelo de los 9.200; si lo consigue recuperar pronto será muy positivo, sin embargo, de continuar, la tendencia bajista podría llevarlo hasta los 8.600, aunque el soporte más fuerte no lo encontraría hasta los 8.200.
El EuroStoxx, aunque haya perdido los 3.300, es importante que no consolide por debajo de 3.250. De todas formas, en su caso tiene soportes relativamente cercanos como los 3.000 puntos. El DAX alemán, que últimamente no había conseguido romper la resistencia de 12.400, está intentando no consolidar la pérdida de 11.800, algo que sería muy positivo; el siguiente punto de aguante estaría en 11.430.
El MIB italiano ha sido muy castigado (desde máximos de 2018 pierde más de un 20%) rompiendo soporte tras soporte. El que tiene más cercano son los 18.630-18.200, aunque podría aguantar en el entorno de 20.000.