Hablar de Cidal es hacerlo de profesionalidad, calidad y trabajo bien hecho. A punto de cumplir el medio siglo de historia, esta empresa familiar dedicada a la carpintería metálica, PVC y la cristalería es todo un referente del sector en las Illes Balears. Pero su andadura empezó mucho antes de su fundación en 1972. Una década antes, un joven extremeño que apenas sabía ubicar la isla en un mapa llegó a Eivissa para cumplir con el servicio militar. Juan Antonio Rodríguez (aunque todo el mundo lo conoce por Antonio) todavía recuerda las siete horas que duró el viaje en barco de carga que le llevó de Palma a la mayor de las Pitiüses tras jurar bandera. Allí, empezó a trabajar en un taller elaborando puertas y barandillas de hierro. “En menos de seis meses ya era el encargado. Tenía a diez chicos trabajando conmigo y no fue fácil. Estuve nueve años para conocer bien el oficio”, destaca Antonio.
Y marcharse no fue fácil. “Aquello no evolucionaba y a mí me gusta mucho innovar, buscar soluciones. Soy muy inquieto y lo que no encuentro, lo busco hasta que lo consigo”, se describe Antonio. “Cuando le dije a mi jefe que me iba lo pasé fatal y vi que no acabaría bien. Me marché antes de los 15 días. Para mí, él era como mi padre y yo con mi padre no quería discutir”, explica el fundador de Cidal.
Su siguiente paso fue desembolsar dos millones de pesetas (12.000 euros al cambio) para hacerse con un almacén de algarrobas en Can Clavos, al borde de la carretera que conduce a Santa Gertrudis, y en cuyo interior estaban rodando una película de piratas. “Tardamos entre seis y ocho meses en limpiarlo y en instalar una fosa séptica y todo el sistema eléctrico”, explica Antonio, que sólo contaba con un trabajador al inicio. “Nos salvó el trabajo que nos salió en Formentera gracias a los apartamentos y hoteles que montaron gente como Pepe ‘Paya', fallecido recientemente”, menciona.
A principios de la década de los setenta, nada hacía presagiar que Carpintería Insular de Aluminios (Cidal) se convertiría en lo que es hoy. “He tenido muchísima suerte”, reflexiona para, acto seguido, destacar que su empresa ya ha cambiado por tercera vez la carpintería de varios establecimientos hoteleros. “La verdad es que fue una época en la que no dábamos abasto, no llegábamos. Entregábamos los pedidos tarde y mal pero lo acabábamos”, explica Antonio con una pizca de nostalgia.
Y añade: “Mi familia y yo estuvimos doce años sin saber lo que eran vacaciones ni días festivos. Los 365 días del año trabajando. Hubo un tiempo en el que a partir del mes de abril no aceptábamos más encargos hasta final de año. Mi empresa es el disparate más grande que he hecho”.
Desde entonces, Cidal no ha parado de crecer hasta convertirse en un todo un referente a nivel balear en la fabricación de carpintería metálica, PVC y cristalería. Un hito conseguido a base de esfuerzo, compromiso y espíritu de superación que le han permitido posicionarse a la vanguardia del sector.
“El secreto de nuestro éxito ha sido el llevar a cabo un esfuerzo humano altísimo, trabajar en equipo y ser muy atrevidos. Cuanto más atrevidos hemos sido, más hemos gustado”, apunta Antonio Rodríguez. Una pasión por su oficio y por su empresa que ha sabido transmitir a su equipo de trabajadores y, también, a sus tres hijos: Carlos, Raquel y Roberto, que se encargan de los diferentes departamentos de Cidal.
SECCIONES. No tardó demasiado tiempo Antonio en abandonar su primera sede y cruzar al otro lado de la carretera para trasladarse a la primera nave que se habían construido en Eivissa con techo de aluminio. Un inmueble que hoy alberga alrededor de 3.000 m2 repleto de gran maquinaria de última generación y que se encuentra dividido en diferentes secciones dependiendo del material con el que se trabaja. Por un lado, la zona de carpintería metálica con marcas del prestigio de Tesal y Schüco con las que hacer marcos de aluminio de ventanas y puertas así como barandillas o puertas enrollables, entre otros productos.
También cuenta con otra sección de carpintería PVC en la que destaca la marca Kömmerling, que gracias a su sofisticado proceso de fabricación y al gran número de controles garantizan un producto sin imperfecciones y con una resistencia superior a otros productos del mercado. Y por último, la sección de cristalería con Guardian Glass como marca más prestigiosa. Dentro de las diferentes aplicaciones del cristal, Cidal realiza tanto interiores como fachadas, desarrollando los productos base con la máxima calidad como encimeras de vidrio, mamparas de ducha, estanterías, mobiliario, espejos, escaleras o barandillas. Además, también vende al por mayor con un éxito notable.
INNOVACIÓN. Uno de los puntales sobre los que se asienta el éxito de Cidal es la innovación. En sus casi 50 años de aventura empresarial, Antonio Rodríguez no ha parado de buscar las últimas novedades que ofrecen proveedores de todo el mundo o, incluso, innovar en su propio taller. “Nosotros fuimos los que trajimos el PVC a Ibiza. Conseguimos un cierre con cremallera vertical con maneta que empezamos a instalar en los chalés más lujosos de la isla. El éxito fue absoluto y en Cidal hemos sido los que más hemos instalado este sistema de cierre en toda España”, presume Antonio. El proceso de montaje de las piezas se cuida al detalle por el equipo de profesionales para lograr siempre un perfecto acabado de sus encargos. ‘Los retos nos hacen crecer' es el lema de esta empresa, cuyo objetivo no es otro que continuar en la vanguardia del sector y ofrecer el mejor servicio posible y la máxima calidad de sus productos a sus clientes.
Desde su creación, Cidal ha ido incorporando nuevos servicios y un amplio abanico de productos y marcas de calidad al servicio de su larga lista de clientes. En el exterior de su sede, Cidal tiene un expositor de materiales donde en la actualidad muestra las novedades en soluciones de acristalamiento de balcones, tanto deslizantes como plegables, de la empresa turca Albert Genau Systems. Unos productos que solo pueden encontrarse en Cidal.
La eficiencia energética también está en el punto de mira de esta empresa ibicenca. De hecho, en Cidal incorporan a sus proyectos carpinterías de aluminio con rotura de puente térmico que permite reducir la conductividad térmica del aluminio y mejorar el nivel de aislamiento. También trabajan con el conocido cristal inteligente, que es un vidrio con una perfecta combinación de control solar para conseguir un buen aislamiento térmico que contribuya un mayor ahorro energético durante todo el año.
Solo hay que dar una vuelta por el taller de producción de Cidal para darse cuenta de la devoción que sus trabajadores tienen por su jefe, Antonio, que este año cumplirá 77 años. La plantilla de esta empresa familiar no supera los 40 trabajadores pese a que por volumen de trabajo podría haber crecido mucho más. “Una vez me dijeron que cuanto más grande es una empresa más rápido caen. Siempre lo he tenido muy presente”, destaca Antonio Rodríguez. Y avisa: “Me quedan muchas cosas aún por hacer”.