En el almacén y la zona de exposición de Materials Es Curreu, el cliente puede encontrar todo tipo de suministros y materiales de construcción: piedras naturales, cementos y morteros, aislamiento acústico y térmico, tejas, cerramientos y jardinería, saneamientos, hierros, áridos y gravillas, prefabricados, azulejos y baldosas, sanitarios y platos de ducha, grifería, bañeras de hidromasaje, chimeneas, hornos de leña, estufas y barbacoas. «Empezamos con una máquina, sin las oficinas hechas y un cobertizo para vender cemento y los productos de primera necesidad: bloques, vigas, ladrillos… Con el paso del tiempo empezamos a ofrecer productos sobre la demanda. En mi oficina tenía una libreta y un bolígrafo y cuando los clientes me pedían lo mismo tres veces, era cuando yo ya traía el producto», explica Juanjo Ribas, quien se autodefine como «un amante de la isla».
«Siempre he apostado por los materiales respetuosos con el medio ambiente. Somos pioneros en cal natural, hace más de diez años que tenemos un producto de Kerakoll para quitar el salitre de las paredes». Importantísimo en unas islas donde hasta no hace muchos años se pintaban las casas con cal viva. Paseando por las instalaciones de Materials Es Curreu, que constan de un de 4.700 metros cuadrados, oficinas de planta baja y primer piso, además de una gran exposición de gres y baldosas, parece imposible que si uno busca algún producto relacionado con la construcción no pueda encontrarlo aquí. «Toco lo mínimo porque no puedo pretender tenerlo todo pero si vienes a buscar una carretilla, una hormigonera, unos tubos, un martillo o una pala aquí los tengo», señala Juanjo Ribas.
FINANCIACIÓN. Ambos propietarios de Materials Es Curreu destacan la financiación a crédito como uno de los hándicaps del sector de la construcción. «Hay que confiar en la gente porque el dinero lo tienes que poner tú por adelantado. Hasta mis mejores amigos me han fallado pero, por suerte, siempre nos hemos podido recuperar», señala Ribas. En este sentido, el fundador de la empresa recuerda la enseñanza de sus padres: «No hay que gastárselo todo, así que cuando la cosa va floja, gastamos menos». Rosa también explica que el mercado, en los últimos diez años, «ha cambiado mucho el trato con el cliente, se está volviendo muy impersonal porque ahora los tratos se hacen con las aseguradoras, ya no funciona lo de dar la palabra». No obstante, a Juanjo Ribas le sigue gustando el tratar cara a cara con sus clientes. «A mí me gusta el trato con la gente, aconsejarles. Si me llaman para que vaya a ver una obra, iré las veces que haga falta. ¡Y gratis! Yo amo mi trabajo. A los clientes hay que tratarlos lo mejor posible».
Además de vender material de construcción, si sus clientes lo necesitan el equipo de profesionales de Es Curreu también ofrecen todo tipo de asesoramiento vinculado con la obra. «Podemos buscar constructores, diseñadores de interior, hacer mediciones… Hay que ser educado con el cliente, ayudarlo y no engañarlo. Lo que nos diferencia de la competencia, de las grandes empresas, es que aquí nuestros clientes vienen y tratan con los dueños. Intentamos estar siempre disponibles, que es lo que la gente quiere, y trabajar con el presupuesto del que disponen», afirman Juanjo y Rosa.
CLIENTES. Los principales cliente de Materials Es Curreu son los pequeños constructores y los particulares. A lo largo de estos casi veinte años, su seriedad a la hora de trabajar, la calidad de sus productos y el boca a boca les ha permitido crear una gran cartera de clientes. «He luchado mucho por los particulares», asegura Juanjo, quien explica que durante los primeros meses del confinamiento a causa de la pandemia, repartía con su furgoneta material para la gente que estaba en sus hogares y aprovechaba el tiempo para llevar a cabo pequeñas reformas. «Cada día facturaba entre 1.000 y 1.500 euros. Nuestra esencia es la que nos salva», sostiene. Rosa y Juanjo también quieren destacar lo importantes que son para su empresa los trabajadores que tienen a su cargo. «Para nosotros son parte de la familia», apuntan. Un personal cualificado cuyo buen hacer permite mantener la clientela. «Somos una referencia para la gente de Formentera, allí tenemos muchos compradores. También tenemos muchos clientes extranjeros, sobre todo alemanes, franceses e ingleses. Son delicados porque si tienes un roce con uno de ellos, ya no vendrá ninguno más. Funcionan mucho por el boca a boca. Los franceses nos dicen que vienen aquí porque hablamos su idioma. Y si viene uno, vienen tres más detrás», explican Juanjo y Rosa. Eso sí, carecen de comerciales «porque no queremos pisar el negocio de los demás, tenemos muy buenos amigos en el sector».
La denominada crisis de suministros que afecta, en buena parte, al sector de la construcción, también se ha dejado notar en Materials Es Curreu. «El problema no está en el suministro de materiales sino en el encarecimiento de los precios del transporte, pero creemos que el año que viene o en 2023 ya estarán equilibrados otra vez», destaca Juanjo Ribas, quien añade que «casi todo el material de aquí viene de fuera. Mi trabajo es comprar bien y vender mejor, para poder pagar al personal y ganar yo». Rosa Moro afirma que las discusiones del día a día son por el encarecimiento del transporte. «Si me suben el precio de los materiales puedo llegar a un acuerdo con las fábricas porque los conocemos desde hace muchos años. Con los transportes, no. Es lo que hay y punto». La consecuencia más inmediata de este alza en los precios del transporte tiene que ver con la vigencia de los presupuestos que entrega. «Antes hacíamos presupuestos que tenían una validez de 30 días. Ahora son de 24 horas porque nos cambian los precios continuamente», apunta Ribas.