Este borrador es el primer paso que da el consell ibicenco para conseguir una ley de sostenibilidad que otorgue la potestad al pleno la institución insular para regular y limitar la entrada de vehículos en la isla. Desde el Consell d'Eivissa explican que este borrador es muy similar a la normativa pionera de Formentera, pero que debe tenerse en cuenta que ambas islas son muy diferentes ya que no tienen ni la misma extensión ni población, por lo que la futura ley deberá ajustarse a la realidad de Eivissa. «Creemos que los ibicencos y los turistas deben moverse libremente por la isla y, por esta razón, tenemos que proponer medidas que eviten la saturación de las vías o el colapso en determinados enclaves protegidos. Se trata de conservar el modelo turístico que tenemos, pero hay que ordenar los desajustes. Negar la realidad es abocar este modelo al fracaso», apunta el conseller de Gestió del Territori i d'Infraestructures Viàries, Mariano Juan, quien añade que la propuesta nace desde la autonomía de los ibicencos y sus instituciones: «O nos ordenamos nosotros mismos o nos ordenarán desde fuera».
DATOS. Durante el último año, el Consell d'Eivissa ha llevado a cabo una intensa recopilación de datos que justifiquen la limitación de entrada de vehículos propuesta por la institución insular. Desde 2017, el número de coches sobre la isla ha superado al de personas residentes en la mayor de las Pitiüses. En este sentido, el parque de vehículos permanente de Eivissa se ha triplicado desde 1998, pasando de una tasa aquel año de 775 coches por cada mil habitantes a otra de 1.018 automóviles por cada mil residentes. Esto en una isla cuya población ha aumentado un 82% en el último cuarto de siglo pasando de 84.000 habitantes en 1998 a los más de 152.000 el año pasado. Una tendencia que situaría a la isla en 2036 con más de 200.000 residentes y más de 600.000 personas el día de más afluencia en temporada alta, según los cálculos del Consell d'Eivissa.
RENT A CAR. A estas cifras hay que sumar los vehículos que cada año llegan vía marítima con motivo de la temporada turística (trabajadores temporeros que traen su propio vehículo, turistas, coches de alquiler y vehículos para la venta en concesionarios) y que suponen una sobrecarga de 24.000 vehículos para las carreteras ibicencas en julio y agosto, los meses en los que llegan más coches a la isla. Según Autoritat Portuària, el 10% de los vehículos que llegan como mercancía se dedica a la venta, mientras que el resto, el 90%, son coches de alquiler. Y el Consell d'Eivissa pone el foco en estos rent a car. «Hay unos 10.000 coches de alquiler que llegan en julio y agosto que saturan nuestras carreteras y no tributan en la isla. Los ayuntamientos pierden más un millón de euros al año en concepto de impuesto de circulación. Hay que empezar a controlarlos. No queremos que vengan empresas de rent a car de fuera a hacer su agosto y no contribuyan a la economía insular», asegura Vicent Marí.
Pese a estar de acuerdo en que el volumen de coches de alquiler en verano en Eivissa «es excesivo» y «hay que cortarlo», el presidente de la Asociación de Rent a Car de la PIMEEF, Juan Cárdenas, considera que su sector no es el culpable de la congestión del tráfico en la mayor de las Pitiüses. «Nuestro porcentaje no es el problema. Es otro transporte el que colapsa la isla. En julio y agosto tenemos un volumen que sí que es excesivo y hay que hacer algo. Pero el parque móvil aquí es el de una persona un coche, sin contar la gente que viene a trabajar que también trae el suyo y duplica el número de coches que circulan. Los residentes para ir a comprar el pan cogemos el coche, somos muy cómodos».
La flota de vehículos de alquiler en Eivissa antes de la pandemia estaba entre los 22.000 y los 24.000. Esta temporada, Cárdenas calcula que estará por de bajo de esta cifra, en unos 20.000, ya que el sector se ha visto perjudicado por la crisis de los componentes electrónicos para los vehículos.
MEDIDAS. Según el texto del borrador, el pleno del Consell d'Eivissa podría aprobar un techo de vehículos que podrá circular por la isla en los periodos de limitación con carácter anual o bienal. Como ocurre en Formentera, un sistema de lectura de matrículas controlará que nadie se salte una normativa que pone en el punto de mira, sobre todo, a los vehículos de alquiler. De hecho, el pleno del Consell podrá fijar tanto el número máximo que pueden entrar anualmente en la isla para su comercialización, como el número máximo de rent a car para los periodos de limitación.
Quedarán exentos de esta limitación los residentes en Eivissa o los propietarios de una vivienda en la isla, aunque en este caso solo se concederá permiso para un vehículo por titular. Las personas con movilidad reducida o los residentes en el resto de Balears «que acrediten la necesidad habitual de desplazarse a Eivissa por razones laborales» tampoco necesitarán permiso.
El texto también propone limitar el acceso a espacios sensibles medioambientalmente -las playas son un claro ejemplo- para evitar daños o aglomeraciones que pongan en riesgo las medidas de evacuación en casos de emergencia. Para evitar las acampadas, se prohíbe el estacionamiento en suelo rústico fuera de los aparcamientos públicos habilitados.
El borrador prevé unas sanciones máximas de hasta 30.000 euros por sanciones muy graves y la inmovilización del vehículo implicado en la infracción durante un máximo de cuatro meses.
PROCESO. Tras presentar el borrador de esta propuesta legislativa ante los distintos partidos políticos y los agentes sociales y económicos de la isla de Eivissa, el Consell iniciará un proceso de participación después del verano. «Queremos una norma consensuada y de futuro. Hay que trabajarlo entre todos. Enviaremos la propuesta legislativa definitiva al Govern balear y llevará su trámite correspondiente. No tengo ninguna duda de que será aprobada, pero será un camino largo», avisa Vicent Marí, quien espera que en el plazo máximo de tres años (verano de 2025) pueda estar ya en vigor la limitación de entrada de vehículos en la isla. Como pasó con Formentera, la última palabra la tendrá el Parlament.
TRANSPORTE PÚBLICO. La tramitación de esta ley irá en paralelo a la mejora del transporte público. El Consell d'Eivissa tiene previsto que en 2023 entre en funcionamiento el nuevo contrato de las líneas regulares de autobús. Un servicio que hace años que caducó, que cuenta con vehículos desfasados y rutas y horarios sin adaptar a las necesidades actuales. «Antes de poner límites hay que dar alternativas, y el nuevo servicio de transporte público lo será. Pero también hay que seguir ampliando la red de carriles bici y estar atentos a la llegada de nuevos sistemas de movilidad, como el car sharing», destaca el conseller insular de Transports, Javier Torres. Si las predicciones del equipo de gobierno insular, formado por PP y Ciudadanos, se cumplen, los ibicencos disfrutarán en 2023 de una flota de autobuses renovada totalmente cuyo kilometraje se incrementará un 50% anual gracias a la ampliación de nuevas rutas que aportarán una mayor cobertura a la zona norte de la isla y en invierno. «Es fundamental tener alternativas cuando se plantean límites a la movilidad», insiste Torres.
El sector turístico ve con buenos ojos la iniciativa del Consell d'Eivissa de poner coto a la llegada masiva de vehículos en verano. «Consideramos que es una buena iniciativa en el sentido de que hay que poder orden. No somos partidarios de las limitaciones genéricas pero al final es la única alternativa», señala Manuel Sendino, gerente de la Federación Hotelera de las Pitiüses. Más eufórico se muestra el gerente de la asociación Ocio de Ibiza, José Luis Benítez: «Me encanta. Va a ser un antes y un después para la isla. Nos invaden los coches de alquiler de fuera. Tiene mucho valor lo que está intentando hacer el Consell d'Eivissa, es una medida muy valiente, espero que todos los grupos la apoyen y ojalá tarden menos de tres años».