Mesquida fue uno de los fichajes estrellas del presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, en las elecciones generales del pasado 28 de abril, donde la formación naranja logró un diputado.
El candidato de Ciudadanos en Baleares, que se presentó como independiente en los comicios de abril, ha conectado mucho con Rivera y se ha terminado afiliando a la formación naranja, lo que le ha venido muy bien a su líder para afrontar bajas muy importantes. Cabe destacar las del que fuera portavoz económico de Ciudadanos, Toni Roldán, el eurodiputado Javier Nart o Francesc de Carreras, uno de los fundadores de Ciudadanos.
Mesquida procede del PSIB-PSOE, aunque siempre ha sido del ala más centrada y españolistas del partido, con poca sintonía con la corriente predominante, liderada por Francina Armengol, secretaria general del partido en Baleares y presidenta del Govern.
Aunque en el núcleo duro de Armengol no gozaba de muchas simpatías, a nivel nacional sí estaba muy bien visto. En este sentido, José Luis Rodríguez Zapatero le dio cargos muy relevantes cuando fue presidente del Gobierno, entre los que destacaron en el de director general de la Guardia Civil y la Policía Nacional -por primera vez se unificaron estos dos cuerpos- y el de secretario de Estado de Turismo, entre otros.
Con la llegada de Pedro Sánchez a la secretaría del Partido Socialista, Mesquida comenzó a perder peso en Madrid. Él era partidario de que la andaluza Susana Díaz tomase las riendas y se alineó con los varones y dirigentes históricos que le dieron apoyo, entre los que destacaron Felipe González, Alfonso Guerra y José Bono.
El exdirector general de la Guardia Civil ha confesado que en marzo de 2018 decidió darse de baja del PSOE porque intuyó que Sánchez abría la puerta al independentismo y a los populismos.
Ahora que son rivales políticos, Mesquida no escatima a la hora de criticar la gestión del presidente del Gobierno, que le parece lamentable, y especialmente los relacionado con el conflicto de Cataluña. En este sentido, reprocha que se haya prestado a una «negociación política», una línea roja que, según asegura, «los socialistas nunca había traspasado, ni cuando dialogaron con ETA», algo que él vivió en primera persona.
Aunque Mesquida también ha tenido responsabilidades a nivel municipal y autonómico, fue el encargado de «poner orden» en las cuentas del Govern con Francesc Antich -el que aprobó la ecotasa-, donde se siente más a gusto es en la esfera nacional. Allí ha labrado muy buenas amistades, entre las que destaca la del Rey Juan Carlos, que lo llamaba con frecuencia cuando tenía cargos de responsabilidad para conocer su opinión sobre temas que le preocupaban.
El candidato de Ciudadanos a la presidencia del Gobierno español ha sabido ver todo el potencial de Mesquida, muy bien valorado en las altas esferas y entre los socialistas disconformes con la gestión que realiza la dirección actual. Por ello, ha apostado por él de una forma clara y decidida con la finalidad de atraer el voto de los socialistas descontentos.
En la campaña electoral de las elecciones del 28 de abril, Rivera llegó a 'nombrar' Ministro del Interior a Mesquida, ya que estaba convencido de que podría gobernar con el PP. Sin embargo, el bloque de derechas no logró los votos necesarios.
Las urnas dirán el próximo 10 d noviembre si Mesquida tiene más cerca la posibilidad de ser ministro. No obstante, las encuestas señalan que Ciudadanos será el partido más castigado por los electores.
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