El grupo de Contacto para la ex Yugoslavia (Alemania, Estados
Unidos, Francia, Reino Unido, Italia y Rusia) indicó oficialmente
ayer en París que los resultados obtenidos en la primera semana de
negociaciones en Rambouillet (cerca de París) justifican otorgar
una semana más a los negociadores serbios y kosovares.
Tras haberse ignorado durante una semana, pese a estar
«encerrados» en el mismo castillo, serbios y kosovares aceptaron
reunirse con Albright, que declaró, al salir de Rambouillet, que
«hay una base de acuerdo para negociaciones posteriores, y una
justificación para que las conversaciones prosigan la semana que
viene».
La secretaria de Estado indicó que los negociadores kosovares
«reconocieron que el proyecto de acuerdo es equitativo. Hay
indicaciones de que estarían dispuestos a firmarlo al final de las
negociaciones», agregó. A los serbios «les dije que había dos
soluciones»: un acuerdo o una intervención militar, y «me
escucharon con mucha atención y mucho interés», indicó la
secretaria de Estado.
El proyecto de acuerdo del Grupo de Contacto, examinado desde
hace una semana por delegados serbios y kosovares, prevé otorgar
una autonomía considerable a la provincia serbia poblada
mayoritariamente por albaneses. También prevé que las fuerzas de
seguridad serbias se retiren de Kosovo y que los independentistas
del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK) entreguen las armas en
un plazo de 120 días.
Un anexo del acuerdo prevé que, en caso de que se llegue a una
solución negociada, se despliegue una fuerza militar internacional
compuesta mayoritariamente por soldados europeos, si bien el
presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, anunció el sábado que
su país enviaría 4.000 efectivos.
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