La policía disolvió una manifestación en favor de la independencia de Timor en Yakarta.

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Un rápido despliegue, una efectiva cooperación con el Ejército indonesio y la cautela en el ejercicio de su misión son los principales retos que afronta la fuerza internacional aprobada por la ONU para Timor Oriental. Así lo explicó ayer un responsable del Departamento de Operaciones de Paz de la ONU que ha participado en la planificación de esta fuerza y que señaló a EFE que la composición del contingente también presenta una gran dificultad.

«Formar de la noche a la mañana una fuerza de 8.000 efectivos coherente, con una cadena de mando que funcione y preparada para cualquier contingencia no es fácil», subrayó la fuente, quien explicó que, por eso, se ha puesto el énfasis en que Australia sea el comandante. La resolución del Consejo de Seguridad de la ONU aprobada ayer y que autoriza la formación de esta fuerza no precisa ni el tamaño de la misión ni las naciones que participarán, aunque más de veinte países han ofrecido tropas, buques y aviones militares.

La fuerza, además de su componente terrestre, contará con una significativa flota naval, en la que participarán unidades de media docena de países, desde Australia hasta Francia, pasando por Nueva Zelanda e Italia, y un importante componente aéreo. El ministro indonesio de Exteriores, Ali Alatas, propuso una amplia participación de miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), por considerar que pueden entender mejor «los sentimientos y características del conflicto».