Las tropas rusas tomaron ayer un suburbio de Grozni para reiniciar desde allí su ofensiva.

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Las declaraciones de un alto jefe militar y otras filtraciones a la prensa anticiparon la segunda fase de la operación federal hasta lograr el «total control» de la república secesionista tras un cerco que puede durar «de tres meses a dos años».

El general Guennadi Tróshev, comandante en jefe de las tropas del frente oeste, dijo al diario «Moskovski Konsomólets» que tras el cierre de las fronteras oriental y occidental, pronto se hará lo mismo por el sur para acorralar a los guerrilleros islámicos. Todo el territorio rebelde «será cerrado, y la ratonera, también», subrayó Tróshev, quien advirtió a la clase política en forma indirecta a no interferir.

«Debe imperar el sentido común de quienquiera que sea el gobernante de Rusia», manifestó al señalar que «si detenemos la operación, el terrorismo chechén se expandirá nuevamente por todo el país».

Tróshev, quien dijo que «no hay plazos concretos» y que la segunda fase puede durar «desde tres meses a dos años», anunció también una recompensa de un millón de dólares por la cabeza de Shamil Basáyev, el máximo líder guerrillero chechén. El semanario «Versia» publicó otra información con «detalles del plan de acción militar a los que ha tenido acceso». De acuerdo con esta versión, las tropas federales pretenden ocupar un suburbio de Grozni, la capital rebelde, a finales de octubre, para cercarla del todo a mediados de noviembre. «Si todo va bien, en marzo acabarán con Chechenia», aseguró el semanario, cuyos datos fueron similares, aunque con matices y un calendario más preciso, a los facilitados por el general Tróshev.

Según el «plan del Cuartel General» difundido por «Versia», las tropas «deben llegar a los suburbios de Grozni por el norte en un primer avance, cosa que ocurrió ayer mismo. Esta primera fase incluirá «tomar el aeropuerto Severni y el barrio Staropromislovski de la ciudad a finales de octubre», y con «bombardeos y más bombardeos». Además de las bombas, la aviación dejará caer «octavillas para pedir a los defensores que se rindan», de forma que para Año Nuevo los militares rusos estén instalados en Grozni, añadió «Versia».