Castro pidió en la foto de familia que el Rey esté a su lado.

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EFE - LA HABANA El presidente del Gobierno español, José María Aznar, advirtió ayer en la IX Cumbre Iberoamericana de las consecuencias del «aislacionismo» y destacó la conveniencia de reforzar los valores de la democracia, porque «la apertura» será necesaria para ingresar en el tren del progreso del siglo XXI.

Al hacer balance de esta cumbre, celebrada en La Habana, el jefe del Gobierno español aseguró que ha sido un «éxito» porque ha superado «incertidumbres indebidamente planteadas» y se ha alcanzado un consenso en asuntos de importancia como la nueva Secretaría Permanente de Cooperación Iberoamericana, con sede en Madrid, o un mensaje claro a favor de la democracia, los derechos humanos y la libertad.

Asimismo el presidente del Gobierno español destacó, en el capítulo de las conclusiones de la Cumbre, una condena de la extraterritorialidad de las leyes pero con aplicación del Derecho Internacional, lo que encaja en la posición española a favor de una jurisdicción especial para casos de genocidio o derechos humanos y un impulso al Tribunal Penal Internacional.

Aznar elogió «la realización y la organización» de la cumbre de La Habana, sobre la que «España nunca tuvo ninguna duda» desde que en 1993 se fijaron las sedes de las conferencias anuales, y separó su presencia y la del Rey en Cuba, de lo que puede ser una visita oficial para la que no se dan las «circunstancias necesarias y convenientes». Aunque actualmente no se dan estas condiciones, Aznar se mostró «seguro», tras recordar que tiene 46 años, de que tendrá oportunidad de «pasar largas temporadas» en la isla. Aznar recibió anoche una invitación del presidente Fidel Castro para viajar a Cuba, aunque vinculó la decisión de una visita oficial a la evolución de la democracia en Cuba.