Putin hizo un balance de sus primeros cien días de gestión.

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«No queremos destruir Grozni (la capital chechena), sino exterminar a los terroristas», afirmó el primer ministro ruso, Vladímir Putin, al rendir cuentas ayer ante la Cámara de Diputados de los primeros cien días de su gestión al frente del Gobierno. Putin recalcó que serán los militares quienes determinarán lo métodos necesarios para cumplir esa tarea pero aseguró que Chechenia «caera como una fruta madura».

Pero en su comparecencia dibujó también un boceto de «programa estratégico» para afrontar la crisis económica avanzado por partes en días anteriores y sintetizado en la ambición de llegar dentro de quince años al nivel de España.

La intervención ante los diputados redondeó otras recientes en las que postuló un fuerte intervencionismo estatal en la economía, el proteccionismo a la producción nacional y cierto aislacionismo respecto al mundo exterior.

Mientras tanto, el mando ruso reconoció que sus tropas afrontan cada vez más dificultades en su avance por el territorio de la república de Chechenia.
Según un parte del estado mayor de la Agrupación Unificada de las tropas rusas, «a través de Georgia ha aumentado el suministro de municiones y el número de mercenarios» en apoyo de los chechenes. En los últimos tres días han llegado a Grozni 80 personas que se han entrenado en Afganistán, según el comunicado.

Los destacamentos de los jefes guerrilleros islámicos Shamil Basáyev y Jatab, afirman los militares rusos, «están preparados para la defensa de la capital chechena».

Más de 200 zapadores al mando de Jatab «están minando» la ciudad y «colocan explosivos junto a barriles llenos de sustancias químicas», añadió la fuente.

En las últimas 24 horas, la aviación rusa realizó 86 misiones de bombardeo contra objetivos rebeldes pese a las adversas condiciones climatológicas, con niebla y lluvia, según el cuartel general. Un portavoz militar dijo que se bombardearon varias posiciones guerrilleras, nudos de comunicaciones y campamentos rebeldes.