Los occidentales no obtuvieron ayer ninguna concesión rusa sobre el
conflicto en Chechenia en Berlín durante una reunión de los
ministros de Relaciones Exteriores del G-8, quienes tuvieron que
contentarse con reiterar sus llamamientos al cese el fuego y a la
búsqueda de una solución pacífica. «Me marcho completamente
decepcionado», reconoció el canciller francés Hubert Védrine. «No
obtuvimos una respuesta positiva (de parte rusa) ni sobre el cese
el fuego ni sobre las medidas concretas sobre ayuda humanitaria, ni
sobre el tema central de la solución política», lamentó.
Sólo los jefes de las diplomacias alemana y japonesa, Joschka
Fischer y Yohei Kono, cuyo país tomará el relevo de la presidencia
alemana del G-8 el 1 de enero, comparecieron ante los periodistas.
El ruso, Igor Ivanov, prefirió ausentarse. Desde su llegada a
Berlín, Ivanov disipó las expectativas, ya de por sí modestas,
depositadas en esta reunión. «No vine a Berlín para resolver el
conflicto checheno», advirtió.
La conferencia regional, promovida por el presidente en
ejercicio de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en
Europa (OSCE), Knut Vollebaek, no obtuvo resultados. Ni su misión,
efectuada esta semana en el Cáucaso del Norte, ni la reunión del
G-8 permitieron progresos, reconoció él mismo ante la prensa.
Vollebaek había sido invitado a explicar su misión ante el G-8,
organización que reúne a los siete países más industrializados
(Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia y
Canadá) y Rusia.
Ivanov «estimó que un cese el fuego permitiría a los rebeldes
reagruparse y reorganizarse», justificando así el rechazo de Moscú.
También se opuso a cualquier mediación internacional en un eventual
diálogo político. Las posibilidades de cambiar la postura de Moscú
«eran prácticamente nulas a dos días de las elecciones legislativas
en Rusia», comentó Fischer.
La artillería rusa continuó ayer con sus bombardeos contra
Grozni, incluso intensificándolos, mientras proseguían los combates
entre las tropas federales y los independentistas chechenos en los
barrios del este de la capital asediada, que Moscú espera tomar
antes de Año Nuevo; los enfrentamientos tuvieron también como
escenario la base del comandante independentista Jattab, que los
rusos tomaron y perdieron a lo largo del día, y las montañas del
sur de la república independentista.
Primakov anuncia que se presenta a las elecciones
presidenciales rusas
El ex primer ministro Yevgueni Primakov puso ayer al rojo vivo las
elecciones parlamentarias de mañana al dar un espectacular golpe de
efecto y anunciar su candidatura a la Presidencia de Rusia. La
declaración de Primakov cayó como un jarro de agua fría sobre el
Kremlin y desencadenó una secuencia de celosos anuncios similares
de otros aspirantes a relevar al presidente Boris Yeltsin el verano
próximo.
«No puedo quedarme al margen en momentos en que en el país reina
la arbitrariedad y cuando son necesarios actos decididos», dijo
Primakov en una reunión con profesores y estudiantes de la
Universidad de Moscú. El ex primer ministro, que hasta ayer había
dicho que no decidiría si se presentaba a las elecciones
presidenciales de junio del año 2000 hasta después de las
parlamentarias, reveló que dio el paso «después de largas
reflexiones».
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