Vladimir Putin (izquierda) felicita al ministro de Situaciones de Emergencia y líder del partido Unidad, Serguéi Shoigú.

TW
0
BERNARDO SUÀREZ INDART - MOSCÚ Según los datos ofrecidos ayer por la Comisión Electoral Central de Rusia sobre el 84 por ciento de los sufragios emitidos el domingo, los comunistas obtuvieron el 24'22 por ciento, convirtiéndose por estrecho margen en la fuerza más votada de país. Sin embargo, la elevada votación obtenida contra todo pronóstico por la formación oficialista Unidad, colectividad creada por el Kremlin a menos de una semana del comienzo de la campaña, aguó la victoria de los comunistas.

Unidad consiguió el 23'37 por ciento de votos, resultado que sorprendió incluso al líder de la formación, el ministro para Situaciones Emergencia, Serguéi Shoigú. «Esperábamos una buena votación, pero nunca tanto», declaró Shoigú, hombre de confianza del primer ministro, Vladímir Putin, quien patrocinó la campaña de Unidad.

El triunfo del oficialismo fue reforzado por los votos a la Unión de Fuerzas de Derecha, que se situaba en cuarto lugar con el 8'72 por ciento de los sufragios, y también por los resultados de la coalición de centroizquierda Patria-Toda Rusia, que consiguió el 12'64 por ciento, muy por debajo de sus previsiones. Aunque prácticamente repitió el resultado de las pasadas parlamentarias, el 6'89 por ciento, el partido reformista de oposición Yabloko verá reducida su representación en la Duma debido al sistema de reparto proporcional de escaños.

El ultranacionalista Bloque Yirinovski, el último de los que lograron superar el mínimo del cinco por ciento exigido por la ley para acceder a la Duma, logró el 6'08 de los sufragios, casi cinco puntos menos que en 1995. Aunque aún faltan por dirimirse la gran mayoría de los 225 escaños por circunscripciones mayoritarias (la mitad de la Duma), en las que habrá una segunda vuelta, ya es evidente que la nueva cámara perderá su carácter opositor.

«Ha sido la elección del pueblo», dijo ayer el presidente de Rusia, Boris Yeltsin, quien pidió «respeto al resultado salido de las urnas», según un comunicado difundido por el Kremlin. El jefe adjunto del Gabinete de la Presidencia, Igor Shabdurasúlov, calificó de «revolución pacífica» los resultados de los comicios parlamentarios.

«Por primera vez en diez años, la Duma adquiere parámetros cualitativos completamente distintos», añadió el alto cargo, quien destacó que la «ciudadanía resultó más responsable y sabia que muchos políticos y politólogos». Shabdurasúlov destacó que los comicios «reafirmaron el papel consolidador del primer ministro Putin», circunstancia que tiene una «importancia trascendental para los destinos del país y para las próximas elecciones presidenciales», de junio del 2000.